De cómo The Smiths arruinaron mi vida



  • Tenía 14 años cuando me grabaron en una cinta PDM de 60 minutos “The Queen is Dead”. No poseo recuerdo consciente anterior de Morrissey y compañía. Me sonaba la voz de haber escuchado en la radio “Suedehead” del primer disco en solitario de Mozz (rondaba el año 89 y el año anterior había sonado con insistencia en las radios comerciales) y seguramente mi hermana mayor me habría hablado algo de ellos, ya que era lo que escuchaba cuando salía a bailar… the cure, simple minds, u2, the smiths. Yo empezaba a escuchar música de manera consciente y, después de ser hipnotizado por el video de “Lullaby” de Robert Smith y anexos, no había tardado en seguir la senda que lleva a convertirse en un adolescente melómano. Sigamos. Creo que fue la cuarta cinta que fue de mi entera posesión. Digo creo porque sólo llevé dos al mítico viaje de fin de curso: el “The head on the door” de los Cure y el “The Queen is dead”. Fatídico error. Como hacía escasos días que había caido en mis manos, y el “The head on the door” ya me lo sabía de memoria, no paré de escuchar ese jodido disco en todo el viaje. En el autobús, en la habitación de hotel, en la playa. Repito: fatídico error. ¿En qué pensaba un muchacho de 14 años en su primer viaje importante sin padres y con las hormonas por las nubes?. En follar. Todos pensaban en lo mismo. ¿Yo no?. Obviamente. Hablamos de una época eminentemente masturbatoria. Recuerdo la hora del recreo, en el patio del colegio. Jugábamos al sota, caballo, rey, juego que consistía en agacharse cuán mulo contra una pared, en una especie de cadena humana, y que uno de los cómplices saltase encima de esa llamada mole lo más lejos posible. Cuán grande fue nuestra alegría cuando Yolanda accedió a unirse a nuestro juego. Más grande aún fue cuando comprobamos que el atuendo elegido por la señorita para acudir a la escuela era una minifalda que apenas cubría parte de sus muslos. Y Yolanda hacía tiempo que había dejado de tener cuerpo de niña. Nunca ví tantos espectadores en nuestro inocente y, a la vez bestial, juego de patio de recreo.El modo en que su falda se levantaba cuando saltaba, cuán intrépida atleta olímpica, para llegar a la primera posición. El encaje de sus bragas. La sombra que oscurecía su entrepierna. La porción de nalgas que aparecía, como un milagro, durante apenas una centésima de segundo para volver a quedar ocultada por la graciosa faldilla. Todo aquello alimentaba las mentes del enfervorizado séquito que nos rodeaba,. Alguno incluso aplaudía. Los comentarios eran susurrados de una oreja a otra. Todos no hacían más que mirar la hora del reloj, intentando que el tiempo se detuviese, nutriendo de jugosas imágenes la memoria masturbística, pensando en la tarde tan agradable que iban a pasar aquel día en su alicatado cuarto de baño.

    (continuará)



  • Tenía 14 años cuando me grabaron en una cinta PDM de 60 minutos “The Queen is Dead”. No poseo recuerdo consciente anterior de Morrissey y compañía. Me sonaba la voz de haber escuchado en la radio “Suedehead” del primer disco en solitario de Mozz (rondaba el año 89 y el año anterior había sonado con insistencia en las radios comerciales) y seguramente mi hermana mayor me habría hablado algo de ellos, ya que era lo que escuchaba cuando salía a bailar… the cure, simple minds, u2, the smiths. Yo empezaba a escuchar música de manera consciente y, después de ser hipnotizado por el video de “Lullaby” de Robert Smith y anexos, no había tardado en seguir la senda que lleva a convertirse en un adolescente melómano. Sigamos. Creo que fue la cuarta cinta que fue de mi entera posesión. Digo creo porque sólo llevé dos al mítico viaje de fin de curso: el “The head on the door” de los Cure y el “The Queen is dead”. Fatídico error. Como hacía escasos días que había caido en mis manos, y el “The head on the door” ya me lo sabía de memoria, no paré de escuchar ese jodido disco en todo el viaje. En el autobús, en la habitación de hotel, en la playa. Repito: fatídico error. ¿En qué pensaba un muchacho de 14 años en su primer viaje importante sin padres y con las hormonas por las nubes?. En follar. Todos pensaban en lo mismo. ¿Yo no?. Obviamente. Hablamos de una época eminentemente masturbatoria. Recuerdo la hora del recreo, en el patio del colegio. Jugábamos al sota, caballo, rey, juego que consistía en agacharse cuán mulo contra una pared, en una especie de cadena humana, y que uno de los cómplices saltase encima de esa llamada mole lo más lejos posible. Cuán grande fue nuestra alegría cuando Yolanda accedió a unirse a nuestro juego. Más grande aún fue cuando comprobamos que el atuendo elegido por la señorita para acudir a la escuela era una minifalda que apenas cubría parte de sus muslos. Y Yolanda hacía tiempo que había dejado de tener cuerpo de niña. Nunca ví tantos espectadores en nuestro inocente y, a la vez bestial, juego de patio de recreo.El modo en que su falda se levantaba cuando saltaba, cuán intrépida atleta olímpica, para llegar a la primera posición. El encaje de sus bragas. La sombra que oscurecía su entrepierna. La porción de nalgas que aparecía, como un milagro, durante apenas una centésima de segundo para volver a quedar ocultada por la graciosa faldilla. Todo aquello alimentaba las mentes del enfervorizado séquito que nos rodeaba,. Alguno incluso aplaudía. Los comentarios eran susurrados de una oreja a otra. Todos no hacían más que mirar la hora del reloj, intentando que el tiempo se detuviese, nutriendo de jugosas imágenes la memoria masturbística, pensando en la tarde tan agradable que iban a pasar aquel día en su alicatado cuarto de baño.

    (continuará)



  • Muy bonito, pero suena casi clavado, (se pierde algo cuando lo traduces al catellano) a uno de los capitulos de "Perfect from now on" ,escrito por John Sellersen , publicado en 2007.



  • Ni puta idea del libro ese, tendré que pillarlo.

    De todos modos no os preocupeis, no lo he continuado, me aburría hasta a mí.



  • @e7ili:1y5nlfpc:

    Ni puta idea del libro ese, tendré que pillarlo.

    De todos modos no os preocupeis, no lo he continuado, me aburría hasta a mí.

    Jajajajaja. A mi no me aburría tanto pero gran muestra de humildad.



  • que pena que en aquellos dias no existiesen los teléfonos móviles con cámara digital para capturar esos momentos upskirt…

    [mode Rafael Medina OFF]



  • Prosiga, prosiga..



  • Por mí también podías continuar.



  • Asi que hiceste sexo con Yolanda, pero sin Yolanda



  • Estamos en ascuas e7ili. No pares en el mejor momento.



  • Joder es que la tia esta tiene unas tetas totalmente desproporcionadas. Racionalmente no debería atraerme pero no puedo dejar de mirarlas cada vez que posteas.



  • pues anda que tus botellacas, no son mancas, yo tampoco puedo dejar de mirarlas



  • @e7ili:2vqdwohy:

    Repito: fatídico error.

    Veamos, aparte de la caliente digresión con Yolanda que, si los pensamientos fueran controlados haría que todos ustedes acabaran en la cárcel por predastas, es esta la clave del relato. Es el momento que e7ili confiese que no sabe por qué aquello fue un fatídico error.



  • (y continua, ante el ruego masivo de miles de lectores)

    Días más tarde, a la salida del colegio, conversábamos amigablemente con Yolanda y sus amigas acerca de lo que íbamos a hacer en el viaje de fin de estudios. Una de sus amigas, Eva, no dejaba de preguntarnos si íbamos a ir a su habitación de hotel, habitación que iba a compartir con la ya escenificada Yolanda. Nosotros, en un alarde de juego seductor sofisticado y picarón, preguntamos aquello de… ¿y para qué vamos a ir nosotros a vuestra habitación?, sonrisa maléfica incluida. La respuesta no pudo ser más clara: PARA FOLLAR, ¿PARA QUE VA A SER?.
    ¿Sabeis el ruido que hace un mito al romperse?. Hace Ploff. Ese es el ruido que yo escuché en aquel momento. ¿Dónde estaban aquellas mujeres misteriosas que habitaban en las películas de Hitchcock y en las novelas de Haggard? Me sentía engañado, me habían vendido algo que no existía más allá de la ficción. ¿Era esto la vida? ¿Perder la virginidad en un hotel de Benidorm con una chica que te dice VEN A MI HABITACION QUE VAMOS A FOLLAR? Era el colmo de la vulgaridad. Mi mente estaba llena de las letras de Morrissey, inglesas hasta la médula: historias dramáticas, dibujadas por el amargo roce de la ironía y del humor más negro, llenas de fuerza y sinceridad pero a la vez amaneradas por el buen gusto, la afectación, el romanticismo llevado hasta la tragedia. Eso era lo que iba a hacer yo, por esos cauces iban a transitar mis días. No fue algo que decidiera en aquel momento, pero esos mismos días transcurridos en Benidorm, la capital de lo hortera, de la sangría, del karaoke, del bocadillo en la playa, me enseñarían la verdad. ¿Eso era el paraiso, eso era lo máximo a lo que podíamos aspirar en nuestra vida?. Así que me quedé en mi habitación. Sí, no fui a la habitación de Yolanda y Eva y sí fueron dos compañeros, y fueron ellos los que perdieron la virginidad mientras yo escuchaba aquello de some girls are bigger than others, o aquello otro de love is natural and real, but not for such as you and I... mientras yo escuchaba aquello tan revelador de if you´re so terrible good-looking, then why are you on your own tonight?. Mi camino a la hora de convertirme en un adolescente atormentado no había hecho más que comenzar. Porque yo en realidad quería más que nadie follarme a Yolanda, yo en realidad deseaba con toda mi alma morder aquellas carnes y explotar dentro de su boca, su vagina, su culo, sus ojos, sus oidos, su alma. Pero no de cualquier modo. Había algo más que rodeaba la carne, además de las ropas. El veneno de la belleza ya estaba dentro de mí. El veneno de la complicada complicidad y de otros miles de cosas que entonces ni siquiera entendía. Porque no, no era ni siquiera amor lo que necesitaba. Necesitaba magia, necesitaba talento, necesitaba dolor, necesitaba rabia. Necesitaba puertas cerradas para poder derribarlas. El mundo ya no era una conquista ni una aventura: el mundo era un supermercado barato en el que te servías lo que querías.
    Me pregunto qué hubiese pasado si en vez de a los Smiths hubiese escuchado a Technotronic o a Los Chichos, como mis compañeros. Si en vez de leer libros hubiese comprado revistas pornográficas. Entonces es cuando empiezas a odiar todo lo que amas, y empiezas a darte cuenta de que tus elecciones son fallidas. A la vez, no te queda más remedio que seguir viviendo tu fallida vida, te cuelgas de ella, y te vuelves adicto a tus errores. Por eso, a pesar de que los Smiths arruinaron mi vida, terminas acariciando esas heridas, terminas adorando la prótesis que te colocaste como si fuese el objeto más precioso del mundo, porque es lo único que te queda, porque es lo único que consideras propio, de tu entera posesión.
    Follaría pocos años más tarde con un chica que me gustaba, y me terminaría convirtiendo en una persona aparentemente normal en todos los sentidos, pero la música siempre estaba ahí para diferenciarte, para recordarte la persona que un día fuiste, o que quisiste ser, o que sigues siendo a pesar de todo.



  • Follar o The Smiths, gran dilema. Y gran texto, me ha gustado, aunque en esa época no hubiera karaoke.



  • dilema ninguno: follar
    vete tú a saber cuando se presentaba la próxima oportunidad y, para escuchar a los Smiths, solo habia que ponerse el disco cuando uno quisiera.
    Y si hubiera estado oyendo en esa época a los Stooges, por ejemplo, seguro que hubiera optado por el fornicio.



  • Dilema ninguno, claro. Pero ni tú ni yo tuvimos una cinta de los Smiths a mano en ese momento. Si no quien sabe lo que hubiera pasado…



  • Pues teniendo en cuenta lo que deseaba a la tal Yolanda, seguro que si hubiera ido a la habitación de marras, algo habría ido mal, gatillazo o similar, se habría quedado traumatizado y nunca se habría recuperado de aquella horrenda primera vez. Así que los Smiths en realidad SALVARON su vida.



  • joder e7ili, me has llegado al corazon
    Me siento completamente identificado con tu texto.



  • ¡Qué grande!
    La pregunta que pasea en mi mente a veces calenturienta es: ¿fornicaron tus amigos en camas contigüas con las respectivas?

    Y de paso, otra de regalo: ¿qué pensais de la gente que distingue entre follar y hacer el amor?

    ¡Vamos a convertir esto en un post filosófico!