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Tor Lundvall - Ice (Eternal Autumn Editions, 1999)
Tor Lundvall - The Mist (Eternal Autumn Editions, 2001)
La verdad es que hacia mucho, pero que mucho tiempo que no volvia a escuchar estos dos discos. Forman parte de esa sección de mi discoteca llamada "los eternos", o sea, discos bsolutamente maravillosos pero que no pueden ser escuchados asi como así, música que ha de ser saboreada con tiempo, en unas circunstáncias anímicas determinadas y, a ser posible, con un paisaje dominado por colores otoñales o grisaceos. pero como la condición humana es la que es, llena de contradicciones (porque si no nos dariamos asco a nosotros mismos), hoy he vuelto a rescatarlos, y eso que no estoy ni melancólico ni el día de hoy es especialmente plomizo ni frio, sino todo lo contrario. Pero digamos que estas dos obras se saborean mejor con ese paisaje típico de tarde lluviosa y animo un tanto bajo (saquen violines, por favor).
Tor Lundvall es un tipo tranquilo, se toma todo con calma, no quiere saber nada de prisas ni de todo ese circo que supone la música casi en general. El va a lo suyo, a editar pocos discos en periodos de tiempo largos. Oyendo sus canciones uno piensa que porque demonios se toma todo ese tiempo, si son canciones sencillas y sín mucha tarea de producción ni de grabación ni bla bla bla. Bueno, quizás todo eso de la música se lo tome como una forma más de expresión artística, acompañando a sus pinturas. Si van ustedes a su web (www.torlundvall.com) podrán ver una buena muestra de sus pinturas y, a decir verdad, es que ellas muestran de una forma clara su manera de entender la música, o quizás es al reves...no importa.
La música comprendida en estos dos discos (los únicos que poseo de Lundvall, ya que sus discos son muy complicados de enocntrar ya en España y solo se podian encontrar en tiendas especializadas en sonidos oscuros) esta llena de contradicciones: es lejana pero tremendamente próxima; oscura pero llena de colores blancos; introspectiva pero a la vez, cuando la conoces, sientes un profundo deseo de compartirla con alguien; simple en su ejecución pero compleja en la forma de oirla; acústica pero con ese elemento tecnológico que supone el estudio de grabación que hace que el resultado final sea demoledor; instrumental a pesar de la presencia de la voz...y tantos otros elemntos y formas de verla que cambian, seguro, según la persona que la oye. Pero hay un elemnto que no admite ninguna discusión: la belleza llevada hasta limites que uno cree ya insuperables...hasta que se topa con algo que rivaliza con estos dos discos. Pero, como he dicho al empezar, no hay nada como tenerlos guardados en tu discoteca, ponertelos de vez en cuando y volver a caer totalmente embrujado a su hechizo.
Y es que, aunque todavia hace calor en la calle...con discos como estos uno espera al otoño, con su explosión de colores, y al hermoso frio invernal.