Novedades del 2006 (Críticas de discos)
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GNARLS BARKLEY ("St. Elsewhere", 2006)
Opiniones divididas: ¿hype tramposo o genialidad?, ¿pastiche posmoderno o única forma posible de hacer música soul en el siglo XXI? Debates que causan un poco de envidia, teniendo en cuenta que, en el mismo final de primavera en que este disco arrasa en Gran Bretaña (preludio a un imparable éxito mundial), lo que algunos se plantean por aquí es la disyuntiva entre el "Opá…" y el "Amo a Laura".
Los argumentos de la defensa y del fiscal recuerdan bastante a los empleados apenas un año atrás para ensalzar o machacar el no menos fresco y descarado "Multiply", de Jamie Lidell. Como no soy de los que tienen sacralizado el (por otro lado tan ambiguo) concepto de "autenticidad", no encuentro en absoluto condenable una dosis considerable de cálculo comercial y de frivolidad en el contenido de un álbum. Es el apartado más descaradamente pop, o más británico. de un proyecto inclasificable.
El ariete que ha reventado los charts es un single, "Crazy", de esos tan poderosos, tan adictivos y tan condenadamente buenos que, en cuanto lo escuchas, tienes la necesidad perentoria de volver sobre él siete mil veces más. Aquí no hay hype ni receta que valgan: ni más ni menos que una enorme canción negra encontrada en algún descarte de ciencia ficción, a medio camino entre Donny Hathaway y Sly Stone. Y con detalles, como la desarmante versión de "Gone Daddy Gone" (Violent Femmes) que terminan por obligar a tu pulgar a apuntar hacia el cielo.
Detrás no hay advenedizos ni geniecillos instantáneos de usar y tirar. Aquí hay dos personalidades de largo recorrido que han dado con la qúimica ganadora. El rapero-vocalista Cee-Lo toca el cielo de los elegidos en los momentos más convincentes (como espoleado por alguna cuentecilla pendiente de ajuste con OutKast) y, cuando en su segunda mitad el álbum pierde fuelle, desciende al nivel de, pongamos, el no desdeñable vocalista de aquellos Fine Young Cannibals.
La media naranja de Cee-Lo aquí es nada menos que Danger Mouse: el mismo caballero que consumó, apenas unos meses atrás y a pachas con el visionario MFDoom, otro apareamiento musical de abróchense los cinturones. Y, ya que se hablará hasta la náusea de hype, también cuélguenle la medallita de ser el fundamento más sólido de lo que pueda haber de perdurable en Gorillaz.
El vozarrón de Cee-Lo cabalga con pericia sobre las bases (mayormente tremendas) de Danger Mouse y, sin forcejear por el mando, uno apunta hacia la charleta o el swing celestial de un cantante negro (de esos que parecían surgidos de un molde extraviado hace treinta años) y el otro caballero hacia los endiablados cartoons sonoros de su especialidad. Así que, declaración de principios a lo Gracita Morales, ¡viva la frivolidad!
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Ahora me explico eso que nos decían los "profes" en la "facul":
no copiéis… si al corregir nos vamos a dar cuenta...
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@Khurcius:32tushn9:
GNARLS BARKLEY ("St. Elsewhere", 2006)
Opiniones divididas: ¿hype tramposo o genialidad?, ¿pastiche posmoderno o única forma posible de hacer música soul en el siglo XXI? Debates que causan un poco de envidia, teniendo en cuenta que, en el mismo final de primavera en que este disco arrasa en Gran Bretaña (preludio a un imparable éxito mundial), lo que algunos se plantean por aquí es la disyuntiva entre el "Opá…" y el "Amo a Laura".
!Hace días que quería explicar algo parecido pero no me arrepiento de no haberlo preparado pq te has expresado mejor tú.
Crazy es un buen single que más que nada creo que impacta pq significa un acance en la forma de grabación/producción. Mucha gente flipa en como suena y igual la canción no les gusta.
Mejorando las partes de arreglos de cuerda que suenan un poco sintéticas sería la ostia.
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@RX456:
Tu la verdad es que hace tiempo que has perdido toda credibilidad
Cridili… credili ...credilibi... cdelibiur... mierda, joder, que no, me niego a proyectar un concepto que soy incapaz de pronunciar. Auetin... autenditi... autentidi... autentici... ¿no ves?
De todas maneras habrá que escuchar el disco. Eso de doooom en su vertiente más droooone me ha cautivado. Qué coooool
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@Maurici:1cs6sdf6:
@Khurcius:1cs6sdf6:
GNARLS BARKLEY ("St. Elsewhere", 2006)
Opiniones divididas: ¿hype tramposo o genialidad?, ¿pastiche posmoderno o única forma posible de hacer música soul en el siglo XXI? Debates que causan un poco de envidia, teniendo en cuenta que, en el mismo final de primavera en que este disco arrasa en Gran Bretaña (preludio a un imparable éxito mundial), lo que algunos se plantean por aquí es la disyuntiva entre el "Opá…" y el "Amo a Laura".
!Hace días que quería explicar algo parecido pero no me arrepiento de no haberlo preparado pq te has expresado mejor tú.
Crazy es un buen single que más que nada creo que impacta pq significa un acance en la forma de grabación/producción. Mucha gente flipa en como suena y igual la canción no les gusta.
Mejorando las partes de arreglos de cuerda que suenan un poco sintéticas sería la ostia.no sé. Acabo de escuchar la canción por primera vez, y no le encuentro absolutamente nada. Muy normalita, ¿y esto la gente dice que sera un gran exito? pues si que esta mal el panorama..
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@soft:
no sé. Acabo de escuchar la canción por primera vez, y no le encuentro absolutamente nada. Muy normalita, ¿y esto la gente dice que sera un gran exito? pues si que esta mal el panorama..
Parece ser q fue número 1 tan sólo contando descarga sde Internet en el R. Unido. Nunca había pasado eso antes y el disco no estaba ni en las tiendas.
Hace ya un par de meses que le están metiendo mucha promoción a través de las radios o eso buenamente me parece.
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Ahora me explico eso que nos decían los "profes" en la "facul":
no copiéis… si al corregir nos vamos a dar cuenta...
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MATMOS ("The Rose Has Teeth in the Mouth of a Beast", 2006)
Drew Daniel y M.C. Schmidt parecen proponerse la ventilación de su críptico universo de experimentos conceptuales. Inevitable: tantas experiencias bizarras con sonidos de liposucción o la vida cotidiana de las ratas no podían conducir más que al aburrimiento. Aunque fuese un aburrimiento aclamado por una "selecta" secta de adoradores.
Matmos creen llegada la hora de homenajear a sus ídolos: una tropa variopinta. Aquí hay temas dedicados a Ludwig Wittgenstein (pensador incluso más hermético que estos californianos), Larry Levan (pinchadiscos), Valerie Solanas (feminista y asesina frustrada de Warhol), Boyd McDonald (editor de un fanzine gay), James Bidgood (fotógrafo especializado en desnudos masculinos), Patricia Highsmith (leyenda de la novela policíaca), Darby Crash (vocalista y mártir), Joe Meek (fabuloso productor del período paleobeatle), William S. Burroughs (narrador yonqui) y Luis II de Baviera (rey tronado). ¿Qué pueden tener en común estas individualidades? En principio, aparte las razones con las que Matmos pudieran ilustrarnos, su homosexualidad, confesa o no.
Lo más positivo es que en cada tema tienen que variar el paisaje y los trucos, con lo que, en este viaje de cincuentaicinco minutos, los remezcladores favoritos de Björk tienen que afrontar (con éxito) pruebas de talento para ilustrar debidamente lo que más les interesa de esos personajes. Hasta ahora no hubiéramos imaginado a Matmos solventando elegantes pasajes para una banda sonora noir, reconstruyendo algo parecido a música disco de los últimos setenta, marcándose (el tema de Burroughs) un trayecto del ragtime al ambiente norteafricano o (momento cumbre) ensayando trepidantes citas de surf-pop frente al retrato en blanco y negro de Joe Meek.
Para no defraudar a su afición, Matmos también integran en sus bases caracoles reptando, cigarrillos apagándose sobre piel humana o, si escuchas con atención "Semen Song", gente haciendo ñogoñogo. Además tiran de agenda y, aparte Björk como lectora, comparecen el cada vez más ubicuo Antony o los miembros de Kronos Quartet aportando unas espléndidas cuerdas.
El remate a tanto lujo es un espectacular diseño gráfico, incluyendo el regalo de diez láminas alegóricas encargadas a otros tantos artistas de lo más cool. Habrá quien no les perdone este giro a la "comercialidad", pero para muchos otros será la primera ocasión para tomarlos en cuenta (o en serio). Que no sea la última.
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@Maurici:1v7makww:
@soft:
no sé. Acabo de escuchar la canción por primera vez, y no le encuentro absolutamente nada. Muy normalita, ¿y esto la gente dice que sera un gran exito? pues si que esta mal el panorama..
Parece ser q fue número 1 tan sólo contando descarga sde Internet en el R. Unido. Nunca había pasado eso antes y el disco no estaba ni en las tiendas.
Hace ya un par de meses que le están metiendo mucha promoción a través de las radios o eso buenamente me parece.Supongo que descargas legales. En todo caso no me deja de sorprender este exito, supongo que el marketing consiste en esto - en decir que es el mas vendido, incluso antes de que nadie lo haya comprado … o no....
hoy estoy espeso, o fuera de orbita
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¿alguien ha tenido la oportunidad de oir esto?
yo si. Arggggggggggggghhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!
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JOHNNY CASH - AMERICAN V: A HUNDRED HIGHWAYS
Autentica catedra desde la tumba, quien no se emocione con su version de If You Could Read My Mind de Gordon Lightfoot es que no tiene corazon, que forma de darle la vuelta a una cancion que ultimamente habiamos oido en artistas bailables….
Que grande eres, Johnny!!!!!!!
Una nueva leccion de doce pildoras, pelos como escarpias, señores.
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@RX456:
@30segundossobreTokyo:274bcdpb:
yo si. Arggggggggggggghhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!
Este Arggggghhh…es sinónimo de disco de reunificación lamentable, no?
Ahora me acuerdo que dijeron que los Dolls editarían un trabajo para este verano. Sí es que vaya huevos con Thunders y Nolan en la tumba de editar un trabajo y encima 32 años después del segundo álbum
Edit: Yo aún no lo he escuchado
oyelo, oyelo….tremendo....inenarrable....inexplicable......
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PET SHOP BOYS ("Fundamental", 2006)
Si hay alguien en el mundo del pop a quien resultaría superfluo demandar evolución, novedad y sorpresas es a Pet Shop Boys. Veinte años largos como los más frescos del barrio: ellos y los fans nos merecíamos un homenaje recíproco. Algo que no podía consistir en otra cosa más que en doce cucharadas de la vieja medicina que siempre nos sentó de maravilla. Con apenas leves variaciones, apenas perceptibles, a primera escucha, en la fórmula magistral de la que salieron "Actually", "Behaviour" y "Very", las tres cumbres de su producción.
¿Cómo no apedrearlos por reaccionarios? Un cincuentón y otro que está a punto de serlo sonando conforme a lo que ofertaban antes de cumplir los treinta. ¿Están haciendo trampa? Ni de coña. Tal vez la clave de este convincente lifting sonoro está en el auxilio de Trevor Horn: sólo alguien que conoce y entiende a la perfección a Tennant y Lowe (y que comparte con ellos afinidad estética) puede comprender que ni ellos ni el sonido que se obstinan en reconstruir tienen nada de anacrónico. Así que, para fortuna de todos, PSB sonando a PSB. Sin disimulo y sin coartadas. ¿A qué se supone que deberían sonar?
Por inteligencia que no quede: saben que la tecnología es instrumento y no fin y, por ello, antes que mostrar un deslumbramiento atolondrado por las posibilidades de las nuevas maquinitas, simplemente se conforman con aprovechar las facilidades que ofrecen para alcanzar más rápido y sin despeinarse al mismo punto al que, con medios más "artesanales", se llegaba después de sofocos mil.
Con buenas canciones por bandera no hay crítico mordaz que pueda hincar el diente a la arqueología adorablemente casposa de un vocoder protagonista en el tema más próximo a sus clásicos artefactos llenapistas, "Minimal". Con la emoción genuina de "Numb", imposible acusarles de buscar la repetición maquinal de sus baladas mágicas de anteayer (esquemáticas y sofisticadas al tiempo).
La sensación de familiaridad se acentúa en los aires germanizantes de "Psychological", en la aparatosidad de atracción de feria buscada para "The Sodom and Gomorrah Show", en la reflexiva melancolía de "Luna Park" y en la épica (eurodisco) de estadio, pasada por un filtro irónico, que vertebra "Integral". Tal vez lo que cuente con menos antecedentes en la potente discografía de PSB sea lo explícito de los comentarios políticos en "I'm with Stupid" que, aún siendo por ese motivo y por su condición de single el tema más celebrado en prensa y televisión, está lejos de contar entre los mejores del álbum.
Con textos que recuperan lo afilado y hondo (sí, hondo) de sus buenos tiempos y una inspiración melódica recobrada, no importa que vaya a ser difícil colocar con la facilidad insultante del 87 o el 90 una o dos canciones entre las diez preferidas del año. La escucha demuestra que, por esta vez, las hipérboles de esa siempre tóxica literatura promocional, con la que se nos abruma ante determinados lanzamientos, no eran delirio interesado.
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FINK : "BISCUITS FOR BREAKFAST"
Uno de los discos que más estoy quemando últimamente. Si os gusta Jose González y las referencias de ninja tune, darle una escucha a esto, a mi me parece sobervio…
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PAUL SIMON ("Surprise", 2006)
¡Peste de escuchas apresuradas y desatentas! Si tu predisposición no es favorable y decides demasiado pronto que lo que hay en el interior de esta caja sorpresa no es mercancía de tu consumo habitual, estás a punto de menospreciar o dejar que te pase desaparcibido un disco grande, verdaderamente grande.
La reaparición de Paul Simon después de seis años de silencio y un sonado batacazo teatral no estaba en la agenda de grandes acontecimientos previstos para 2006. Algunos sólo aceptaron prestar oído, por curiosidad, cuando supieron que el coproductor (acreditado oficialmente como "paisajista sonoro", o algo parecido) era Brian Eno. ¿Qué podía hacer un apóstol de la vanguardia en el rock trabajando mano a mano con una vieja gloria tantas veces reciclada? Pues, a la vista de los resultados, algo que ha necesitado de mucha interacción y de una recíproca capacidad de empatía para cristalizar en acierto pleno.
Musicalmente, "Surprise" está concebido como un encuentro entre, por un lado, la calidez de las guitarras de Simon y un fantástico Bill Frisell y, por otro, las subyacientes programaciones digitales de Brian Eno y las sabias percusiones de Steve Gadd. La gratificación llega cuando compruebas que la fluidez del diálogo es de una naturalidad plena. Las nuevas y esplendidas canciones de Paul Simon no suenan en absoluto artificiosas con ese omnipresente trasfondo electrónico, tan en sintonía con las guitarras y con las palabras como para que podamos considerar desde ya mismo a "Surprise", además de uno de los discos imprescindibles de Paul Simon, también un hito en la carrera del propio Eno.
Simon no puede encontrarse raro entre clicks y loops, porque se ha caracterizado siempre por una ambición innovadora, poco común en el universo cantautoril, a la hora de trabajar a fondo sobre el concepto sonoro de cada álbum. Y éso ya desde los tiempos Garfunkel. De ahí lo bien que soporta su discografía casi completa el paso del tiempo y que, veinte años después de "Graceland", su incursión en la música africana siga siendo la más vibrante y menos artificiosa que recordemos a ningún artista blanco.
Como el también veteranísimo Donald Fagen, Simon ha depurado sus textos de metáforas intrincadas y ganchos evidentes. Las canciones progresan linealmente, casi todas sin estribillo, sobre reflexiones nada enfáticas e historias mínimas. Más observador que protagonista, Simon no traba ningún discurso moral recurrente. Tiene 65 años y no sigue en este nogocio para educar al personal (aunque ocasionalmente, "Wartime Prayers", hable con toda claridad sobre asuntos y gente que no le gustan en absoluto).
"Surprise" es un disco que acierta a conjugar nervio con apacibilidad, audacia con clasicismo, y nos presenta a un nuevo y revitalizado Simon que, sabio, no trata de borrar las huellas de ninguna de las versiones anteriores de sí mismo. No entra a la primera ni a la segunda, puede que tampoco a la tercera… pero cuando entra es para quedarse.