Piel de gallina



  • I CAN'T TURN YOU LOOSE NOW!!. Otra de esas cajitas. Admiración y respeto; eso era lo que sentía un joven Jagger hacia el de Georgia. Si bien Otis hizo archifamoso Satisfaction(Incluso haciendo creer al público americano que era suya). Jagger le devolvió el homenaje en innumerables ocasiones cantando este clásico del Rythm'n'Blues



  • y ahora quiero una mujer!



  • En casa tengo esta joyita en vinilo del "CHEF"(Southpark). Una de las cosas que voy a heredar de mi padre.



  • buena herencia, si señor.



  • el lady soul de aretha es uno de mis discos preferidos….





  • 5º capítulo.

    Bueno, el de hoy será corto porque que más se puede decir de los JB’s que no haya dicho anteriormente. Seria volver a decir los mismos parabienes y halagos y, la verdad, aunque se merezcan decirlos un millón de veces, en estos casos lo mejor es que uno se haga con el disco y punto y pelota.
    Este doble cd recoge diversas grabaciones que la orquesta sinfónica del groove comandada por James Brown realizó, bajo distintos nombres, en formato tanto de single como en álbum de vinilo y algunas de ellas realmente complicadas de encontrar actualmente en sus formatos originales a no ser que estés dispuesto a pagar una morterada por ellos. Así encontramos cosas firmadas como JB’s, Fred Wesley & The JB’s, Maceo & The Macks, The Last Word, Fred & The New JB’s o The First Family, también hay algún temilla en directo y bueno…que os voy a contar. La edición es excelente, con un buen número de fotografías y la remasterización de las canciones es de primera. Y el material es……cuanto menos infeccioso.
    Solo les digo que cuando se lo pongan en su equipo de alta fidelidad, ordenador o donde quieran (por cierto, cuando pueda me compro un aparato de esos llamados ipod para poder ir por la calle oyendo esto y andar en plan macarra negro años 70), no podrán parar de seguir ese ritmo que se mete en los poros de la piel, llegar a la sangre, de allí a los huesos, para entrar de forma definitiva en cada una de sus células. Y cuando eso ocurra, ya nunca más podrán dejar de sentir vibrar su organismo cuando oigan ese ritmo.
    En fin, para que hablar más. Disfruten de esta sublime maravilla.

    los JB'S. Atras de izquierda a derecha: Danny Ray, Richard Jones, Dave Matthews, Bootsy Collins, John "Jabo" Starks, Don "Tiger" Martin, Darryl "Hassan" Jamison, Phelps Collins.
    Delante también de izquierda a derecha: Bobby Roach, Fred Wesley, Clayton "Chicken" Gunnels, St. Clair Pinckney y Johnny Griggs.



  • Bueno la obra que me compete quizás no tenga la historia de la de arriba(por ser del año pasado), pero creo que con el tiempo se llegará a hablar de Ruby Blue como un giro de tuerca al: Pop, al Jazz y a la electrónica. Con ella Matthew Herbert concede el celibato a Roisín Murphy y da nulidad matrimonial a Moloko.
    La británica se siente libre de cualquier atadura. Como un Crooner embriagado de fama y seguridad: La que le da tener a sus espaldas al druida del paraíso sintético. En momentos hay coqueteos con el Swing marciano en Night of the Dancing Flame, el funk en Sow into You o Dear Diary o la Bossa en Through Time. Un Cajón desastre que se termina convirtiendo en una reválida para ambos(tanto para Matthew como para Roisin.)
    Si en otro Post salió el nombre de Burt Bucharach, hoy sale el de Herbert y es que la progresión en su faceta compositiva está empezando a alcanzar cotas de Rey Midas del Indie-Techno. Primero probó con su señora esposa (Danny Scicciliano), más tarde con Björk y ahora con Róisín. El símil con Bucharach no es gratuito, ya que el tema que cierra el álbum The Closing Doors rezuma el aroma de esas composiciones que otrora Burt cedió a Carpenters o Dusty Sprinfield.
    Todavía recuerdo hace cosa de ocho años, cuando empezó el fenómeno Moloko, que vi a esta diva haciendo las veces de partener con música enlatada en un Macrofestival organizado por Los Cuarenta Criminales en la playa de Las Canteras. Ahora volverla a ver parece una químera.

    Nota: Mi ejemplar de Ruby Blue versión Digipack fue adquirido en Mediamarket a 10, 95 €. Buena ganga.



  • me encantó "Ruby blue" esa firma de HERBERT en todo el disco es total



  • Capítulo 6 y final.

    Bueno, creo que estos tres discos son como un buen resumen de todo lo anteriormente citado.
    Se trata de recopilaciones que el sello Polydor sacó de forma separada y que contienen muchos de los temas que ya se encuentran en los discos anteriormente citados, más alguna cosilla que no tengo y que también es sumamente interesante.
    Yo tengo los dos primeros volúmenes y aún nunca he podido localizar el tercer. En estos discos se encuentran canciones de Bobby Byrd, Marva Withney, los JB’s, Maceo Parker & The Macs, Fred Wesley, etc. Pero también hay cosillas de Hank Ballard & The Midnight Lighters y, sobre todo, de dos chicas que también estuvieron cantando con Brown y que son auténticos terremotos: Lyn Collins (alias, la predicadora, una maravilla de cantante…) y Vicki Andreson, madre de Carleen y esposa de Bobby Byrd.
    El contenido es tan electrizante como los discos anteriores, así que tampoco es cosa de ir insistiendo en cosas ya dichas.
    Que las disfruten con salud.



  • Cambio de tercio.

    Charlotte Hug - "Neulan" (Emanem Records 2003)

    La suiza Charlotte Hug es uno te los talentos más frescos (nació en 1965) y impresionantes que ha dado la escena continental europea experimental / improvisadora en los últimos tiempos. De temperamento inquieto por naturaleza, decidió dejar su placido país (donde hay también una interesante escena, por cierto) y una carrera que le podría haber llevado a las más altas cimas dentro del campo de la clásica para iniciar una explosiva inversión dentro de la escena más inquieta de Londres. En poco tiempo, la vieja y nueva guardia experimental británica no solo la acogió, sino que hizo que su nombre empezará a estar en boca de todos los músicos y aficionados europeos y de otros lados del mundo. Es miembro de London Improvisers Orchestra, colabora con Phil Milton, Evan Parker, John Butcher, John Edwards, Maggie Nicols y muchos otros; participa en diversos festivales (entre ellos el Festival Internacional De Creación En Tiempo Real del Centro Reina Sofia de Madrid); compone música para ballet, teatro, cine, piezas de electroacústica, improvisación y composición. Lo dicho, una fiera.
    Sus trabajos discográficos son 11 discos en colaboración con otros artistas, tanto en formato pequeño como dentro de formaciones más grandes, pero solo tiene, por el momento, este Neuland donde Charlotte Hug se enfrenta sola con el oyente.
    Hasta el momento, la viola era un instrumento a los que pocos e habían atrevido a sacar de su contexto clásico. John Cale lo hizo tanto en la Velvet Undergorund como en sus grabaciones con The Dream Syndicate junto a La Monte Young, Miriam Zaazela y Tony Conrad. Pero, al menos personalmente, no conozco a nadie que se haya atrevido a casar de una forma radical a este instrumento de sus corsés clásicos. Y Hug lo hace de una forma harta violenta y extrema. Neuland esta dividido en 3 partes: Delirium / House Of Detention (a su vez dividido en 10 partes) y No Land. Lo que hace Hug en todo el disco es meter al oyente, de una forma decidida y hasta obscena, en una espiral de sonidos al límite. Hug se encarga de estrangular, exprimir, saquear las cuerdas de su instrumento hasta lograr sus propósitos. Incluso no duda en maltratar físicamente su instrumento a base de golpes con la mano o con el arco para lograr sensaciones muy parecidas a las que Mats Gustaffson saca a su saxo. No hay piedad para el instrumento, no vale ninguna regla musical establecida. Los silencios son el preludio de explosiones de dolor de las cuerdas, los ataque furibundos de sonido te dejan absolutamente planchado, es como meterse en un túnel oscuro donde no sabes que te vas a encontrar.
    Esta forma extrema de ver el sonido y la música en general no es solo una posición a la hora de grabar o de tocar la música. Hug cree a pies juntillas que hay que sacar, de una vez por todas, a la música de sus templos. Esto ha hecho que haya realizado conciertos en lugares tan dispares como una cueva de hielo, una prisión subterránea en Londres y, lo mejor, una celda de sado masoquismo. ¿Que mejor lugar este para poder mostrar de una forma más directa de todo el dolor, oscuridad e intensidad que impregna todo este disco en sus 61 minutos? Y aquí no hay ni trampa ni cartón: ni electrónica ni trampas de post producción. No existe ningún tipo de límites para Hug.



  • Musicón, así podríamos calificar la genialidad de Avishai Cohen petrificada en los catorce cortes de este Devotion ,su segundo álbum, en donde once de los temas que lo componen son creaciones originales de Avishai. Sus influencias abarcan desde la herencia musical judía del bajista como otras; ya sean en forma de: Latin Jazz, música africana o Hardbop. Cohen intenta desmarcarse de toda evidencia sin dar la espalda a la tradición. Es un álbum nacido de la inspiración encontrada en gente como Jaco Pastorius o Stanley Clark. De hecho es evidente su comodidad tanto al contrabajo como con el musicman eléctrico de cinco cuerdas.
    Está claro Chick Corea no recluta a cualquiera en su formación, y es que el chaval no sólo se maneja bien con un instrumento tan complejo como el bajo; sostén de todo esquelto rítmico en una composición de música moderna, sino que es capaz de: Sentarse al piano, jugar con el sintetizador y hacer las veces de percusionista.
    Dulzura e improvisación;anglogfilia y querencias latinas. Hechos que quedan constatados en temas como "Linda de mi corazón" acompañado por una de las nejores voces del Jazz actual: Claudia Acuña, a quien Avishai no ha dudado en secundar en giras por el viejo y nuevo continente.
    Con Devotion no sólo se nos muestra la calidad innata que atesora este multi-instrumentista, sino que encontramos ARTE disfrutable en cortos espacios de tiempo; de forma instantánea como Polaroids.



  • Anthony Pateras "Mutant Theatre" (Tzadik 2004)

    Las posible mutaciones de la música son tan amplias que no pueden ser abarcadas por una serie de etiquetas o denominaciones a las que ciertas personas son tan dadas a repartir, a diestro y siniestro, en un intento vano de tratar de satisfacer el ánimo gandul de un público que, no solo no se atreve a bucear en esos inmensos parajes que da la música como arte en si, sino que son incapaces de formarse un juicio propio acerca de lo que escucha. En los tiempos que corre, tiempos en que el conservadurismo es moneda corriente, sorprende el nacimiento de jóvenes talentos que, no solo están en contra, de una forma radical, de este conservadurismo, sino que muestran al aficionado conocedor de las más inquietas tendencias nuevas formas de ver el paisaje musical. Música hecha con brío, inteligencia y, sobre todo, valentía.
    Anthony Pateras es uno de esos jóvenes que, no solo no revolucionan el cotarro, sino que admiten de una forma impudorosa que todo vale a la hora de crear música. Nacido en Australia en 1979, Pateras se está convirtiendo en un nombre muy a tener en cuenta a la hora de hablar de una nueva generación de músicos experimentales o, dejemos ya el calificativo de lado, músicos en todo el amplio espectro del término. Es compositor, improvisador y también le da a la electrónica cosa mala. Su estilo es tremendamente rompedor, bastante iconoclasta y muy dado a la demolición de estructuras por toda la cara. Poseedor de una pinta de tipo loco muy cercana a la de Kubrick, es sobre todo al piano cuando se muestra en todo su esplendor su energía como interprete volcánico. Hace unos meses, quizás un año, lo pude ver en Barcelona con su trío junto a Baxter & Brown. Los tres formaban el trío más freak que había visto en tiempo, parecían salidos de una clínica para desarraigados sociales o de punks que creen que no es necesario darle al vatio para crear el más alucinante de los caos. Pateras aporreaba, de una forma demoledoramente posesiva un desvencijado piano corto preparado sin ningún tipo de calzado. Los botes que pegaba en su asiento daban la impresión de ser ataques de kung fu hacia su instrumento. Visceralidad a tope.
    Tamaño elemento no podía, de ninguna de las maneras, ser obviado por Zorn. El genial pirado judío le sedujo para que grabara en su sello Tzadik, en 2004, una de las obras capitales dentro del nuevo espíritu hardcore de la improvisación mundial: el Mutant Theatre. Con esta formación (Natasha Anderson: grabación de contrabajo;
    Robin Fox: Laptop; Anthony Pateras: piano y piano preparado, voz y director;
    Vanessa Tomlinson: percusión; Erkki Veltheim: Viola, violín decrepito y
    James Wilkinson: trombón y concha), Pateras y cia se lanzan en tromba a un ejercicio de exploración sonora sin ningún tipo de red protectora. La audición de este disco no es fácil para oídos no acostumbrados a este tipo de historias e incluso para oídos que empiecen a sondear esto, pero creo que el intento vale la pena, el descubrimiento de visiones tan distintas de entender la música siempre, al menos para quien les habla, es algo muy positivo. Y si eso lo hace alguien que intenta, de todas las maneras posibles, de alejarse de la ortodoxia que padece incluso la música experimental, mejor que mejor.



  • Meat Puppets: Meat Puppets II
    Hacía tiempo que no me lo ponía y joder, qué grande que es este disco. Un gran viaje cargado de estupefacientes desde el punk hasta los desiertos de Arizona, donde las visiones alucinógenas se suceden sin parar. Todo el disco huele a arena roja, a cactus y a peyote. Qué gran época la de SST a mediados de los 80, cuanto rock cojonudo se parió allí.



  • The Flying Lizards "The Flying Lizards" (Virgin 1980)

    Tengo que reconocer una especial debilidad por los artistas que, como se dice vulgarmente, hacen marcianadas a partir del pop. Desgraciadamente no hay muchos de pertenezcan a este gremio. No cabe duda de que el periodo final de los 70 fue una época propicia para hacer inventos y el pop no quedo al margen de esos experimentos. Mientras en USA aparecieron Devo, por ejemplo, en Inglaterra un montón de gente le dio por meter electrónica al asunto y crear el tecno-pop, pasando primero por la llamada cool-wave. Pero no todo el mundo estaba por la labor de llenarse el cuerpo de fluorescente. Un pequeño grupo de artistas con grandes inquietudes experimentales decidieron crear un tipo de música que reuniera los dos elementos: experimentación y pop. También decidieron que la tecnología y las guitarras podía unirse perfectamente para crear canciones en las que la frialdad no fuera total; que el dub también podía tener cabida; que el surrealismo y el dadaísmo fueran un núcleo importante, así como también un gran sentido del humor y, porque no, una carga política bastante considerable, ya que los tiempos que corrían casi hacían obligatorio este componente.
    David Cunningham pertenecía a este grupo de artistas que decidieron tomar la música como otro elemento para expresarse. Nacido en Irlanda en 1954, David vivía en Londres haciendo cosillas en el mundo del arte contemporáneo y también haciendo de selector de pop en una galería de arte. Supongo que invadido por toda la atmósfera que se vivía en Londres a partir del 77 y, sobre todo, tras la ascensión de Thatcher al poder y la consiguiente nueva hornada de grupos tanto punk como más inquietos intelectualmente hablando, David decide crear su propio proyecto musical. Primero graba un disco solo (Grey Scale en 1977), y luego crea The Flying Lizards. En 1980, y de una forma alucinante, graba su primer disco homónimo y Virgen se lo edita, llegando a ver la luz incluso en países tan folklóricos en esos años como España.
    En esencia, este disco es obra de Cunningham en solitario ya que el se encarga de todo, aunque también cuenta con la breve pero decisiva participación de Deborah Lizard (Deborah Evans) en diversas partes vocales.
    Cuando este disco salido, muchos críticos lo compararon al trabajo de Devo. Quizás se quedaron en que tanto uno como los otros tomaban el pop como punto de partida para después desmenuzarlo, reducirlo, mutarlo y reinventarlo para el próximo milenio. Pero Cunningham también tenía otros elementos que le diferenciaban de los de Akron. Su background intelectual le hizo acercase a puntos de vista que los americanos nunca se los hubiesen planteado. Tomemos por ejemplo el primer tema del disco, una versión del Der Song von Mandelay de Weill / Brecht. Este disco es como una puerta de acceso a todo el universo Brecha, pero en clave acelerada y con una mirada hacia Edmundo dadá / fluxus al que Cunningham estaba muy puesto. Quizás, si hay que buscar unos ejemplo más claros del sonido general del disco lo tenemos que buscar en Zappa (por el sentido irreverente del músico americano), en los Residents (por su tendencia a comprimir y minimizar los elementos clásicos del pop), Kraftwerk en la utilización de la tecnología electrónica de una forma muy sintetizada, en las teorías acerca de la música popular de Brian Eno y, naturalmente, en todo el trabajo de producción de King Tubby o Lee Perry. La visión reduccionista del pop queda claramente patente en las dos inconmensurables versiones de sendos clásicos de la música popular del siglo XX: Money (That's What I Want) de Berry Gordy y el Summertime Blues de Eddie Cochran, dos preciosas joyas del mínimalismo coñon muy difíciles de superar por la gran cantidad de sorna por segundo que hay en esas versiones. O esa extraña, surrealista, inquietante pero tremendamente hermosa balada titula The Window. Hay también guiños personales a la música que causaba furor en esos días: el ahora denominado post punk, con temas que beben de los mismos elementos que bebían grupos de esos días como The Pop Group o This Heat y, como no, miradas claras hacia el Krautrock. Total, un maravilloso disco que paso sin pena ni gloria y que se ha convertido en una pieza clave para entender el desarrollo de ciertas cosas que luego, con el tiempo, tomaron forma más duradera pero que, quizás, perdieron la gracia que este disco tenia.



  • @30segundossobreTokyo:cspwelk6:

    Que bonito leche. Que voz. Será que estoy muy sensible ultimamente, pero, ¿acaso escucharlo no produce la sensación de esas caricias pre o after polvo salvaje? Maravilloso.

    Desde que estamos precartel, es el mejor hilo para sorprenderse musicalmente.



  • King Sunny Ade "Synchro System" (Island 1983)

    Cuando hablamos de música hecha en Nigeria, siempre no viene ala mente l nombre de Fela Kuti y de ese afrobeat que el se inventó y luego expandió como un reguero de pólvora por toda África y luego por el resto del mundo. Pero no solo Nigeria dio al gran Kuti y el Afrobeat, ni mucho menos.
    ¿Existe una psicodélia africana? Todos podemos pensar que no, pero nada más lejano a la realidad. Precisamente en la raíz africana está la némesis del género, sobre todo presente en los Master Musicians Of Jajouka pero también hay ejemplo más elaborados.
    A mediados lo los 70, un músico nigeriano crea un grupo llamado African Beats y empieza a dar a conocer la Juju Music, música absolutamente hipnótica, con un altísimo contenido rítmico y melódico que hace que la gente vuele de una forma total al mismo tiempo que no puede por más que mover sus pies y cuerpo de forma continua. King Sunny Ade, así se llama el creador del asunto, se apoya en dos elementos principales: una percusión suave y sinuosa producida por los llamados talking drums, unos pequeños tambores que se colocan debajo de la axila y son golpeados por un arco y que producen unos sonidos muy peculiares según lo deseado y, en segundo lugar, por unas guitarras rítmicas y solitas que realizan unos punteos absolutamente totales. Esas guitarras no están presentes de una forma continua en la canción, sino que o están en un segundo plano o aparecen de forma principal pero por poco tiempo. El sonido de esas guitarras provoca una sensación como de estar ante una versión africana de música cósmica, acentuada por una presencia también modesta, de electrónica de la época, supongo que debida al trabajo en estudio. Todo esto hecho con un grupo de 22 personas
    No se sabe como demonios fue la cosa, que la Juju music de Ade llego a los oídos de los responsables de Island que, en esa época, y gracias al éxito de Marley, buscaban entre los sonidos no anglosajones otro Marley con el que arrasar. Se fijaron en Ade y le ficharon para sacar tres discos en Europa y USA, esperando que fuera un bombazo igual al del jamaicano. Ni que decir tiene que la cosa no fue así, pero los tres discos editados por Ade en Island son impresionantes y, sobre todo, este Syncro System. Un disco que sirve para babear de forma continua, si uno se deja arrastrar por esa tormenta rítmica sin fin. Esas guitarras, esos coros, esa percusión son un puto tripi.
    Después de terminar su contrato con Island, Ade siguió grabando discos y actualmente sigue siendo uno de los reyes indiscutibles de la música nigeriana.



  • Elakelaiset - In Humppa We Trust-Live! (Stupido Records)

    Elakelaiset - Humppakarajat (Stupido Records)

    Elakelaiset - Humppamaratooni (Stupido Records)

    Finlandia, ese país y sociedad que, al ser tan distinta, sentimos una especial atracción sobre él. Bueno, ya se que no es algo excesivamente popular, pero digamos que entre los raros es un país al que le sentimos un especial cariño. El hecho de pasarse tantos días bajo el frió y la noche ártica hace que pensemos que se pueda tratar de una pandilla de gentes más propensas al suicidio que de la fiesta. Falso.
    Una de las más grandes contribuciones al campo de la juerga general a nivel mundial que ha dado ese país es un grupo que es prácticamente desconocido aquí: Elakelaiset (me faltan un par de acentos raros, pero básicamente la cosa es así).
    ¿De que van estos tipos, os preguntareis vosotros, pequeños polluelos? Pues es un cuarteto de simpáticos finlandeses que con un kit de percusión electrónico, un acordeón, órgano, bajo, algún cachivache más y, claro está, sus voces, se dedican al noble arte del humppa pop, lo que es decir, la mutación y desgarro de conocidísimas canciones del pop rock maintsream. A velocidad fija y en suomi, estos tipos basan su espléndida carrera a realizar un cancionero cervecero, irreverente, cachondo y salido de madre. Acostumbra a tocar en pelotas y es muy divertido jugar a adivinar que canción están tocando. No se salva ni dios de que le hagan una versión. Alguno de los nombres que los finlandeses se han encargado de pasar por el forro son Bon Jovi, Queen, Los Del Rio, Oasis, Doors, Clash, Cure, Led Zeppelín, Suzanne Vega y un montón más. Todos los títulos de sus versiones llevan la palabra humpaa que supongo que es su marca de fabrica.
    Les aseguro, queridos lectores, que la escucha de uno, dos, tres, cuatro o todos sus discos s, además de un divertimento a gran escala, un sanísimo ejercicio de desmitificación.
    Estos seminales finlandeses, tan tarados y primordiales como imprescindibles, como he comentado anteriormente son casi, por no decir, del todo desconocidos aquí. Son muy populares en Alemania, donde actúan en festivales grandes, incluso en festivales con gran presencia heavy; pero también lo son en Dinamarca, los países nórdicos e incluso creo que han actuado en Moscú y en Paris, aunque de esto no estoy seguro.
    Su nula presencia en España dice mucho del carácter relativamente extrovertido español, que no se entera de un pijo y menos de lo que pasa fuera de los dos o tres países que el aficionado español imbécil piensa que se hace todo. A ver quien es el valiente que los trae y nos echamos una risas, que hace falta, hombre, con tanto muermo, leñe.
    Yo tengo tres discos de los, incluso un directo suyo grabado en el Roskilde del 96. Les recomiendo que se bajen alguna cosilla en la mula, donde están sus 8 discos, y se pasen un rato inolvidable con sus familias, amigos, allegados, compañeros de trabajo, de sindicato y, porque no, sus jefes, que también necesitan de distracción. Ya me dirán.



  • Bohren & der Club of Gore "Black Heart" (Woder Records 2004)

    Y las luces se apagan, pero por completo. La oscuridad más cerrada se adueña del espacio. Inmediatamente se encienden los primeros cigarrillos. La luz de los encendedores resulta ser un auténtico relámpago dentro de la oscuridad reinante en la sala. Poco a poco, la gente que esta en la sala y que, unos minutos antes, se ha visto sorprendida ante la visión de mesas y sillas en la platea, va guardando silencio porque sabe que algo va a suceder y que hablar solo va a entorpecer lo que se avecina. Los brasas de los cigarrillos encendidos sirven de luces de posición para saber donde están ellos y las copas que, anteriormente, se nos han ofrecido. Baja la intensidad de las conversaciones y, de repente, se intuyen unas figuras que salen al escenario. Uno se pregunta como es posible que no se peguen la gran torta porque realmente no ve nada, o muy poco. Casi al instante unas muy tenues luces surgen del techo del escenario para iluminar, de forma escasa pero supongo que suficiente, el micrófono y otras cosas que los músicos necesitan ver. No es una luz para que el público pueda ver al grupo, ni para que el grupo pueda ver al músico. Los dos estamos a ciegas. No hay ninguna posibilidad de distracción, no hay posibilidad de perderse. Tanto ellos como nosotros hemos de realizar un intenso ejercicio de concentración, de disfrute instantáneo e intenso de lo que, en breves momento, va a pasar.
    Al poco rato, todo se inicia. Todo se pone en marcha. El sonido lento, extremadamente lento, va saliendo del escenario y empieza, como una sombra dentro de otra sombra, a invadir cada rincón de la platea. El bajo es tremendamente pronunciado y la batería marco su continuo ritmo lento, alucinantemente lento. Y, al cabo de unos minutos, entra el saxo. Y ya la tenemos montada. Un saxo calidamente frio, afilado y melódico, distribuidor de imágenes en blanco y negro, imágenes llenas de humo, imágenes llenas de inquietud y desasosiego, soledad y melancolía. Imágenes también llenas de un cierto sentimiento de desesperación. El conjunto no deja de asombrar, no deja de hacer que su sonido vaya paulatinamente no solo llenar todo el espacio físico de la sala, sino que vaya entrando como un vapor letal en todos los poros de tu piel. Termina la primera pieza y la gente reacciona como siempre tiene reacciona ante un espectáculo lúdico circense: el aplauso. Craso error. La mejor manera de premiar eso es el silencio. La banda sigue desgranando, al mismo ritmo y con teclados, sus temas densos y oscuros, llenos soledad y misterio. Todo empieza a tener sentido: el porque de la falta de luz, las sillas y mesas y, dejando aparte esos pequeños e insignificantes detalles, el porque a uno le gusta la intensidad en el arte. Solo en la intensidad uno puede disfrutar de cosas que no solo sirven para uso y disfrute lúdico, sino que también sirven para realizar un breve viaje al interior de sentimientos y emociones mucho más personales que las que siempre estamos habituados a tener a mano.
    Los primeros comentarios van apareciendo entre los espectadores, alabando la música y la puesta en escena, absurdos y nimios comentarios propios de espectadores que gustan de hacerse el interesante. Pero el grupo no esta para eso, ni yo tampoco. Incluso uno empieza a seguir el ritmo ralentizado hasta la extenuación y a pensar porque demonios a esto se le llama “horror-jazz”. Me meo de la risa. Para cagarse. Esto es música enorme y sin ninguna posibilidad de etiquetación.
    El bolo va terminando, vamos bajando de la nube. El grupo empieza a mostrar que la cosa termina y ordena alas sombras que vuelvan al escenario y, de allí, a sus instrumentos. Nuestros ojos ya se han acostumbrado a la oscuridad y lo que hace unos minutos era opaco, ahora ya es casi luminoso. El grupo termina su repertorio, el público aplaude forma unánime, algunos esperamos un bis. Después, algunos esperamos que los componentes del grupo salgan a vender merchandising y lo compramos. La realidad ha vuelto, la magia se ha ido, pero está enlatada en cada copia de este disco. Solo hay que tener un reproductor, un sofá, unos auriculares y las ganas de que la oscuridad y el misterio te vayan entrando por cada oreja y disfrutes de ella. Y, gracias a esta oscuridad, lo veras todo un poco más claro.



  • @30segundossobreTokyo:1osq0eic:

    Elakelaiset - In Humppa We Trust-Live! (Stupido Records)

    Elakelaiset - Humppakarajat (Stupido Records)

    Elakelaiset - Humppamaratooni (Stupido Records)

    Finlandia, ese país y sociedad que, al ser tan distinta, sentimos una especial atracción sobre él. Bueno, ya se que no es algo excesivamente popular, pero digamos que entre los raros es un país al que le sentimos un especial cariño. El hecho de pasarse tantos días bajo el frió y la noche ártica hace que pensemos que se pueda tratar de una pandilla de gentes más propensas al suicidio que de la fiesta. Falso.
    Una de las más grandes contribuciones al campo de la juerga general a nivel mundial que ha dado ese país es un grupo que es prácticamente desconocido aquí: Elakelaiset (me faltan un par de acentos raros, pero básicamente la cosa es así).
    ¿De que van estos tipos, os preguntareis vosotros, pequeños polluelos? Pues es un cuarteto de simpáticos finlandeses que con un kit de percusión electrónico, un acordeón, órgano, bajo, algún cachivache más y, claro está, sus voces, se dedican al noble arte del humppa pop, lo que es decir, la mutación y desgarro de conocidísimas canciones del pop rock maintsream. A velocidad fija y en suomi, estos tipos basan su espléndida carrera a realizar un cancionero cervecero, irreverente, cachondo y salido de madre. Acostumbra a tocar en pelotas y es muy divertido jugar a adivinar que canción están tocando. No se salva ni dios de que le hagan una versión. Alguno de los nombres que los finlandeses se han encargado de pasar por el forro son Bon Jovi, Queen, Los Del Rio, Oasis, Doors, Clash, Cure, Led Zeppelín, Suzanne Vega y un montón más. Todos los títulos de sus versiones llevan la palabra humpaa que supongo que es su marca de fabrica.
    Les aseguro, queridos lectores, que la escucha de uno, dos, tres, cuatro o todos sus discos s, además de un divertimento a gran escala, un sanísimo ejercicio de desmitificación.
    Estos seminales finlandeses, tan tarados y primordiales como imprescindibles, como he comentado anteriormente son casi, por no decir, del todo desconocidos aquí. Son muy populares en Alemania, donde actúan en festivales grandes, incluso en festivales con gran presencia heavy; pero también lo son en Dinamarca, los países nórdicos e incluso creo que han actuado en Moscú y en Paris, aunque de esto no estoy seguro.
    Su nula presencia en España dice mucho del carácter relativamente extrovertido español, que no se entera de un pijo y menos de lo que pasa fuera de los dos o tres países que el aficionado español imbécil piensa que se hace todo. A ver quien es el valiente que los trae y nos echamos una risas, que hace falta, hombre, con tanto muermo, leñe.
    Yo tengo tres discos de los, incluso un directo suyo grabado en el Roskilde del 96. Les recomiendo que se bajen alguna cosilla en la mula, donde están sus 8 discos, y se pasen un rato inolvidable con sus familias, amigos, allegados, compañeros de trabajo, de sindicato y, porque no, sus jefes, que también necesitan de distracción. Ya me dirán.

    30"" tio! no sabes lo que has hecho! Desde que me he bajado de la mula los discos de esta gente en mi piso nos vamos a dormir a las tantas descubriendo de quien es el original que (per)vesionan los freakys estos, que grande tio, que risa!