Piel de gallina
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Quizás Space Is The Place no es el mejor disco de Sun Ra. Eso es muy posible, porque el genio de Ra era tan amplio y abarcaba tanto, que decir que un solo disco es el mejor es muy complicado. Tampoco creo que sea el que mejor define su forma de ver el free jazz o lo que el tenia en mente. Pero si es el disco que, de una forma que no traiciona su forma de ver el arte, es el más accesible de los que tengo. Space Is The Place es un buen disco para iniciarse en esa enorme figura que fue Ra, al menos así lo hice yo. Después me fui adentrando en obras mucho más complejas y que precisan de una escucha mucho más trabajada. Pero no por ello la obra de Ra se tiene que considerar imposible de atender por su complejidad. Al fin y al cabo, todos estamos más o menos avezados en músicas “difíciles”.
Bueno, al meollo. Intentar presentar a Sun Ra es, como mucho, complicado e inútil, ya que todos lo conocemos de sobra. No solo por su extravagante look, sino porque su imaginería cósmica a sido difundida en muchos lugares. Los puristas del jazz lo consideran “un bicho raro”, y en cierta forma lo es. Digamos que Ra cogió lo que Coltrane interpretaba como algo místico y él le dio algo así como una razón de peso para toda su visión del free. Digamos que Ra tomaba lo que Coltrane proponía y lo llevo a terrenos mucho más avanzados, tanto que se adentro en sitios donde la cosa estaba todavía yerma. El caos y la corrupción de toda norma musical esta presente en su música, es como si Ra fuera el padre putativo de una escena noise que, tiempo después, le tomaría como maestro. No es extraño que, cuando murió, miembros de Sonic Youth realizaran un programa de radio de 24 horas seguidas con la obra de Ra.
Pero, ¿que nos encontramos en este disco? Habría de diferenciar dos partes:- la parte que va de la canción 2 hasta la 4. Aquí se encuentra el Ra más jazz, con claros elementos free e, incluso claros ejemplos de también Ra era un director de big bang. En Images, la Astro Intergalactic Infinity Arkestra funciona como si fuera la orquesta de Ellington o la de Gillespie, solo que en clave de free más o menos ordenado o no, según se van calentando.
- La parte que comprende el primer corte y el quinto. Aquí está el Ra genio y figura, el de sus devaneos cósmicos, el de sus coqueteos con la mitología egipcia y todo eso. En el tema que da nombre al disco (un estupendo tema de 21 minutos), incluso se permite intercalar cantos étnicos, como si tratara de mostrar la conexión entre los extraterrestres y los antiguos pobladores del a tierra. Y esos cantos son indudablemente la raíz negra del jazz, raíz presente en la música de Ra aunque parezca que se vaya a los cerros de Urano.
Space Is The Place, el tema, es un hipnótico cuelgue que esta a medio camino de los cantos tradiciones negros africanos, de las bandas callejeras de New Orleáns, del free jazz más avanzado, de las expresiones musicales que buscan el éxtasis a través de ellas y, por fin, la conexión con lo que hay más allá de la atmósfera terrestre.
En el fondo, este tema es muy divertido. Me imagino la juerga en el escenario con 15 personas tocándolo.
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Lo primero que tengo que decir es que para mi es una verdadero placer poder hablar de este disco. Es disco que me ha acompañado durante mucho tiempo en diversas etapas de mi vida y al que tengo un cariño muy especial.
Este disco es, quizás, de los pocos que tengo dedicados a las baladas o canciones románticas, pero si que es el más romántico que tengo, al menos es el que me produce sensaciones tildadas de esa forma.
A finales de 1962 y principios del 63, Coltrane esta en un proceso de transición. Edita 3 discos compuestos en su integridad a baladas y este es el único en toda su carrera en que se hace acompañar por un cantante. El resto del grupo lo compone el que sería una de las formaciones míticas de toda la historia del jazz, a saber: Trane al saxo, McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison al bajo y Elvin Jones a la batería.
No se porque Coltrane se decidió hacer una excepción con Hartman y grabar un disco con voz humana, ni tampoco porque se decidió por un cantante que, por aquel entonces era un desconocido. Pero después de escuchar este disco, las posibles dudas acerca del porque de esa decisión se despejan de forma rápida y contundente: la voz de barítono de Hartman se une perfectamente al fraseo del saxo tenor de Coltrane. Hartman posee en su garganta, no solo las características técnicas exigibles en la voz humana, sino que también posee técnicas de fraseo que posee el saxofón. Parece como si Trane supiera que, en el fondo, es un disco con dos saxos, pero solo hay uno presente en forma física.
Esto queda patente de forma total cuando Hartman alarga las notas, en los susurros y en las bajadas de tono. Pero, ala vez, también es un disco de dos cantantes, uno en forma humana y otro que no; en muchas ocasiones Coltrane lo que hace es “cantar” el tema, de una forma tan delicada como firme.
Pero para mí, lo más importante del disco, no son estas cuestiones técnicas. Si, este es el típico disco que uno se pone cuando quiere hacer eso tan peliculero de una cena romántica con velas, pero es que cuando se escucha de forma privada y atenta, el saxo de Coltrane acaricia tus oídos, cuando la voz de Hartman te da la mano y te adentra en unas sensaciones tremendas. No es un disco dramático, no hay canciones de rompe y rasga, es un disco de una elegancia brutal. La sección rítmica mece el conjunto con altas dosis de humildad, sin querer, ni por un momento, salir de su papel de apoyo, importante si, pero secundario en la historia. Solo el piano esta un poco más presente a lo largo del disco.
Este disco esta lleno de eso que es tan raro de ver ahora aunque mucha gente la reclama para si: belleza, ternura y exquisitez. Es tan bello, tan harmonioso, que hasta los silencios son estremecedores (la versión de My One And Only Love, con esa introducción de Trane solo, es algo que con solo recordarlo me produce sensaciones increíbles). Y, amigos, toda esta magia se grabo en un solo día. Creo que magia es una palabra muy precisa para tratar de definir todo lo que se encierra en este disco, desde la creatividad de los músicos, los arreglos de las canciones, la producción (importantísima y que forma parte muy directa del resultado final del mismo), etc. Y esa magia sale en cada una de las notas para entrar dentro de cada una de las personas que lo escuchan.
En fin, que como decía al principio, me produce gran placer hablar un poco de esta obra cumbre del jazz vocal, pero a la vez, uno de los discos más hermosos que tengo en mi colección. Si ustedes quieren participar en esta corta pero absoluta maravilla sonora, quedan invitados a sumergirse en este continuo torbellino de sensaciones, en la magia de la música hecha sentimiento, la más tremenda colección de canciones jamás grabadas.
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Mientras que Coltrane recorría ese camino de transición hacia lugares que no conocía en ese instante, otros jóvenes músicos abrían la puerta por la que, al cabo de un corto tiempo, Coltrane no solo se adentró, sino que también cambió y revolucionó. Cosas de genios.
En 1961, la conciencia afro americana ya estaba del todo en su punto álgido. Ya se acabaron los tiempos en que tenían que tragar y tragar y ya no estaban dispuestos a seguir con esa infame tradición. Poco a poco, y por todo el país, se fueron quitando yugos, caretas y perjuicios, salieron líderes que clamaban a los cuatro vientos que la cosa ya había acabado y que la población negra tenia que sacar su orgullo y no dejarse pisotear ni por nada ni por nadie.
Estos vientos también soplaron en los círculos jazz. Los blancos no solo hacia tiempo que habían entrado en él, sino que empezaban a creer que se podría apropiar del estilo y de todo lo que él significaba. El Cool jazz y la escena de la Costa Este así lo indicaban, el dominio de las bis bañas dirigidas por blancos, haciendo música inspirada en el jazz pero con miras al público blanco, hacia desvirtuar todo lo que de conciencia negra siempre tuvo el jazz. Los leones del bebop p el hard bop poco podían hacer contra ello. Muchos de ellos, por cosas del negocio, ya estaban metidos dentro de un engranaje comercial que les impedía manifestarse tal como ellos querían y, porque que no decirlo, ya eran estilos desarrollados que no hacían más que retroalimentarse y repetirse. Se imponía una revolución, y esa revolución llego de la mano de un joven saxofonista nacido en Texas en 1930: Ornette Coleman.
Se trataba de revolucionar el jazz tomando como base uno de los principios básicos del mismo: la libertad creativa del músico como núcleo principal de todo. Y al pie de la letra Coleman decidió que ya era hora de romper cánones y reglas. Su primer torpedo a la línea de flotación fue Shape Of Jazz To Come, junto al trompetista Don Cherry. Pero su segundo disparo fue más certero porque todavía dio un paso más adelante, le puso un nombre a todo ello: Free Jazz.
Par realizar este disco, realizó un experimento sonoro que, actualmente, todavía sigue siendo una auténtica bomba: creo dos cuartetos y los puso a tocar a la vez, con lo que en el canal derecho se puede oír a: Eric Dolphy (clarinete bajo), Freddie Hubbard (trompeta), Charlie Haden (bajo) y Ed Blackwell a la batería.
Y por el canal izquierdo: Ornette Coleman (saxo alto), Don Cherry (trompeta de bolsillo), Scout LaFaro (bajo) y Billy Higgins (batería)
Pero este disco, para los que hayan oído free, es bastante diferente a lo que se acostumbra a denominar free, por estas razones:-no es caótico: las piezas (hay una pieza de casi 40 minutos y, en la versión cd, una primera toma de 17) tiene una estructura clara, con lo que, a pesar de haber una gran dosis de improvisación, los músicos parten de algo ya establecido de antemano.
-no es atonal: las notas siguen las escalas normales y todas van al mismo tiempo de una manera formal y establecida
-no carece de melodía: hay un montón de melodías encerradas durante todo el minutaje, melodías que van de un lado a otro y son arregladas convenientemente por cada uno de los músicos.
-no es arrítmica; posee swing y, en algunas ocasiones, es bastante groovy, se puede seguir perfectamente el ritmo
-no tiene ninguna dificultad para ser oída: no hace falta ser tener un grado de inteligencia alto para seguirla, es solo cuestión de dejarse llevar.
A partir de este disco y del anterior, nada seria igual. Los músicos de jazz vieron en el free la forma de dinamitar conceptos y corsés e, con el paso de los meses, incluso algunos se atrevieron a dinamitar también los parámetros que Coleman había establecido con estos dos discos al entrar en territorios mucho más experimentales ( atonalidad, ningún uso de la melodía, destrucción del tempo y ritmo, investigación dentro del caos, etc ), e incluso Coltrane utilizó esta nueva música para llevarla a un plano distinto al social que proponía Coleman: el plano espiritual. Pero esa es otra historia.
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Ostias, por fin tengo alguno de los discos que comentas, 30. Compré a ciegas el Free Jazz de Coleman, sabía que era bueno pero nada más. Me quedé a cuadros cuando escuché a un cuarteto diferente por cada canal. Y lo más sorprendente, tal y como apuntas, es que a pesar del título del álbum y de la rompedora manera de grabarlo, se trata de un disco bastante accesible. Es un auténtico torbellino de melodía y ritmo. En el fangal posterior del Free Jazz más subversivo todavía no me he metido…
Y el disco de Johnny Hartman y John Coltrane... Mira, ya lo has dicho todo, y yo no voy a poder hacerlo mejor, así que me limito a constatar que es un álbum precioso en el que acurrucarse una vez tras otra. Probablemente no hay mejor escudo protector de la mierda que nos rodea. Ojalá el mundo fuera siempre como este disco.
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me alegro de que compartas tu críterio conmigo con respecto a estos dos discos. A Ornette habria que traerlo al Primavera porque se lo merece muchísimo.
En cuanto a Coltrane / Hartman tienes toda la razón, es un hermoso escudo.
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(… creo que otra vez que nombraste a Sun Ra contesté lo mismo, en cualquier caso me repito): No creo que sea tan complicado traer a Mashall Allen y la Arkestra, joder, que han tocado en Huesca
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si, recuerdo haber hablado del tema, lo que ocurre es que una cosa es traer a un grupo de 4 que a una orquesta de 12 o 14, no se los que son ya que cuando vinieron a tocar a Barcelona no pude ir a verlos, y eso que tenia la entrada.
Ademas del follón de hoteles y todo eso, hay que organizarlo todo para que puedan probar sonido con toda la problemática que eso conlleva. Ya me gustaria a mi poderlos ver, ya
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Es completamente imposible encontrar la más mínima información acerca de Mercantan. Por lo que se puede adivinar, solo sacaron este disco y volvieron a las sombras, las mismas sombras que les inspiración este tremendo disco, pero no se quienes eran, sus nombres y de que procedencia geográfica venían. IX fue editado por el sello alemán Drag & Drop en 1995 y, enseguida que cayó en mis manos por cauces raros, no he podido resistirme a su embrujo. Porque no cabe dudad de que lo que produce este disco es eso: un estado de hechizo y fascinación que dura mucho tiempo.
El libreto del cd es parco y austero, si. Pero sus fotografías en blanco y negro reflejan fielmente de que va el asunto: bosques tupidos con arboles antiguos, rodeados de raíces que trepan y se agarran a sus tallos; paisajes de instalaciones industriales y de zonas donde la naturaleza a dejado paso al humo y la contaminación; estructuras metálicas y piezas industriales varias…
Como veis, estamos ante un disco industrial, pero no es industrial al concepto Throbbing Gristle, tiene mucho más a ver con el Dark Ambient, pero tampoco es el Dark Ambient que domina la escena actual. Hay bellos pasajes rítmicos realizados con agua, ritmos que proclaman un cierto ritualismo industrial; hay sonidos creados con metales, etc.
Pero, como he comentado anteriormente, todo estos está al servicio de la creación de una atmósfera que va envolviendo al oyente de forma sinuosa, casi como un vapor que va entrando tanto por tus oídos como por otros conductos corporales. No opta por el tremendismo ni por sonidos apocalípticos. Es una bella música gris, la música ideal para poder pasear, tanto física como con la imaginación, por esos parajes cerca de los ríos, donde la naturaleza convive, de una forma un tanto mutante, con la demoledora acción del hombre.
Hay pasajes de una extraña melancolía, de un romanticismo extraño, inquietante. Five Degrees Cemigrade, por ejemplo, es una pieza muy ambiental donde el piano es acompañado, de una forma rítmica pero en segundo plano, por el sonido de maquinaria industrial, creando un tema muy intenso. O el tema más largo del disco: Moor Leidtzen, donde tras una introducción poco a poco vamos entrando en un increíble mundo de sonoridades sombrias.
Por lo que se, este misterioso disco, con el tiempo, se está convirtiendo en una pieza de culto entre los aficionados a este estilo. No me extraña en absoluto.
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Siempre he tenido curiosidad por saber cómo se resolvía en la edición en vinilo de Free Jazz la ruptura entre cara A y cara B. ¿Con un sencillo fade out / in?
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Cornelius Cardew es, sin duda, un reflejo de los devenires que la música contemporánea sufrió después de terminada la segunda guerra mundial.
Para empezar, una breve semblanza biográfica.
Cardew nació en 1936 en Witchcombe (Inglaterra). En 1958 ganó una beca para estudiar música electrónica en Colonia y fue entonces cuando se convirtió en asistente y alumno aventajado de Stockhausen, colaboración que duró hasta 1960.
Su relación con Stockhausen fue muy peculiar, de la admiración primera paso a convertirse en un feroz oponente. En 1961 vuelve a Inglaterra y pone en práctica sus teorías contrarias a las normas del germano, colaborando con AMM, el trío de improvisación y realizando música experimental. Fue el que realizó conciertos con obras de Cage, La Monte Young, Rilley y del propio Stockhausen. Mientras realizaba estudios en el Morely College, forma junto a Howard Skempton y Michael Parsons, la Scratch Orchestra, un grupo de músicos profesionales y amateurs que buscaban realizar piezas liberales de propia autoría y de otros compositores. En esa Scratch se apuntaron nombres como Michael Nyman o Brian Eno, por citar solo a los más conocidos. Una de las constantes de la buida de Cardew fue su fuerte compromiso político de extrema izquierda. Fue militante comunista durante un largo período de su vida, pero en 1971, tanto él como la Scratch toman partido de posturas maoístas. Esto conlleva el repudio por su parte de los puntos de vista de Cage, Stockhausen y de sus propias obras del pasado. No dudan en tildar esas obras como “burguesas” y empezó una aproximación hacia posturas populares, haciendo conciertos en las calles o encima de camiones, adaptando canciones populares chinas y crear grandes obras basadas en canciones de protesta. En 1979 fundó el Partido Comunista Revolucionario Inglés y, mientras estudiaba para obtener un master musical en el King’s Collage, fue atropellado mortalmente.
The Great Learning es una de sus obras gigantes del periodo post alemán, junto a Treatise (obra de la cual los Sonic Youth realizaron una interpretación que se encuentra en su cd Goodbye 20th Century del 99). The Great Learning (el gran aprendizaje), es uno de los 4 libros clásicos del confucionismo y su duración total era de 7 horas. Es una obra coral que incorpora experimentación en terrenos modales y tonales y, para interpretarla, la Scratch tuvo que aumentar el número de componentes hasta 40 miembros. Como curiosidad se puede decir que el terminó “minimalista” fue acuñado por primera vez por Nyman al referirse a este trabajo y al que Cardew estaba realizando en ese periodo.
Debido a su enorme duración, no existe ninguna grabación de The Great Learning en su totalidad, pero si que existe una interpretación a cargo de la propia Scratch Orchestra, realizada en 1971 para el sello alemán Deutsche Grammophon (y remasterizada hace muy poco) de dos partes de la obra: el Parágrafo 2 y el Parágrafo 7. En el primer parágrafo encontramos al coro luchando entre una amalgama incesante de percusiones casi tribales, las voces se inspiran también en la tradición vocal de otras culturas para crear una sensación hipnótica total. En el segundo parágrafo solo encontramos a la voz humana como único instrumento, creando capas de sonido planeante y tranquilizador y es, sin duda alguna, la antesala, junto a trabajos de Harold Budd, de lo que Brian Eno luego desarrollo y bautizó como ambient music.
El disco se completa con dos piezas del compositor David Bedford, contemporáneo de Cornelius y cuyas dos obras recogidas aquí están inspiradas en sendos poemas de Kenneth Patche. Decir que Bedford es también conocido por haber colaborado con Mike Oldfield en su celebérrimo Tubular Bells.
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Joder, 30secs, te juro que da gusto leerte…
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Veremos como sale esto hoy, porque llevo una empanada mental de la hostia. Un mal día, amigos…
Si existe una música contemporánea claramente americana, pero que saltó las fronteras hasta convertirse en uno de los referentes de la música del siglo XX, es la llamada música minimalista repetitiva. Un día tendremos que hablar de que la música contemporánea es la música clásica americana por excelencia, pero eso otro día.
A principios de la década de los 60, los jóvenes músicos americanos contemporáneos descubrieron dos músicas que les cambiaron la forma de ver y crear su música y, a la vez, darle una forma autóctona. La Monte Young y Terry Rilley, junto a otros, descubrieron la música tradicional hindú y la tradicional balinesa o de la isla de Java. Con estos descubrimientos vieron que podían alargar los tiempos de sus composiciones creando algo parecido a los mantras (por un lado) y descubrieron que, con los instrumentos de percusión, podían regirse bajo una impronta de improvisación que realmente no existía. El Gamelán, la música tradicional de Bali y esa zona de Indonesia, es una de la música más elaboradas, complejas y bellas que existen, pero requiere de una alta concentración y exactitud en su realización a pesar de, insisto, su cierta impronta falsa de improvisación. A finales de la década de los sesenta, Reich (muy interesado desde siempre en la música africana y asiática), desarrolló la técnica llamada “de fases”, en donde dos o más instrumentos interpretan una frase idéntica pero a velocidades diferentes. Este procedimiento fue utilizado por Reich en Piano Phase (1967) para dos pianos y especialmente en su obra más destacada de este periodo: Drumming (1971), composición de 70 minutos en cuatro movimientos para bongos, marimbas y celesta. En la década de 1970 su estilo fue evolucionando con el uso de frases rítmicas que se interpretan a una misma velocidad pero en forma de canon, para formar una textura compleja a partir de un material sencillo. Estos recursos fueron utilizados por Reich en Music For 18 Musicians (1976), considerada como la partitura que otorgó al minimalísmo una renovada riqueza armónica, rítmica y sonora.
Una de las primeras obras que oí de música contemporánea fue esta, una composición de 56 minutos y, digamos, los resultados que la audición de este disco no solo me indujeron a buscar y descubrir más cosas dentro de este campo, sino que considero que es una obra maestra de tempo y de conjunción musical entre diversas personas.
A oídos no experimentados puede llegarse a cree, de forma muy errónea, de que cambia nada en todo ese minutaje, Falso: la base rítmica se mantiene inalterable, pero los demás instrumentos hacen entrar distintas tonalidades, formando diferentes parajes sonoros, que hacen de la escucha uno de los más grandes placeres que, personalmente, he tenido el gusto de oír.
Existen unas cuantas versiones de esta composición, incluida una regrabación del mismo hecha por el mismo Reich en 1996 y editada por el sello Nonesuch. Esta es la primera que tuve. Pero recomiendo sobremanera la original, realizada por Reich y su Steve Reich And Musicians en 1978 y editada en el sello ECM y les aseguro que realizarán un auténtico viaje de placer por el maravilloso mundo del sonido. Déjense de tonterías, no es compleja, ni hay que hacer el pino para entenderla. Como he dicho muchas veces, solo hay que acomodarse bien, ponerse los cascos (obligatorio para no perderse nada y no perderse en nada), pulsar el play, relajarse y la música ya hará el resto. Una auténtica maravilla de luminosidad y alegría, componente este que hoy necesito urgentemente.
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Te ha quedado bien, no te preocupes. Obra magna, no admite discusión.
Y, como dices, totalmente accesible.
Salvando las distancias (muchas) me vienen a la cabeza otros dos discos con los que encuentro un remoto paralelismo: Gabin Bryars y su Jesus' Blood Never Failed me Yet o el reciente OV de Orthrelm.
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del primero oí, hace mucho tiempo, una versión que acompañaba a una versión reducida de The Sinking Of Titanic. La tiene un amiguete que me la prestó y luego encontré una edición con la composición del Titanic sín la otra. Tendré que bajarmela porque me gustó muchisimo. La otra no la conozco, ¿me puedes hablar de ella, por favor?.
Gracias
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me he puesto ainvestigar en el emule y veo que hay una versión de Jesus' Blood Never Failed Me Yet con Tom Waits, pero me bajo una del 93. Ole Ole.
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@30segundossobreTokyo:1mq2uenu:
me he puesto ainvestigar en el emule y veo que hay una versión de Jesus' Blood Never Failed Me Yet con Tom Waits, pero me bajo una del 93. Ole Ole.
Yo tengo la versión del Jesus' Blood Never Failed Me Yet con Tom Waits… No sé si me acojona más de lo que me fascina o viceversa, pero en todo caso vale la pena...
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Steve Reich DEBE estar en el primavera este año.
El 27 de mayo toca en italia con kronos quartet. Si no lo pillan es porque no quieren.
Lo unico malo es que, al tocar en barcelona en Marzo, no creo que venga dos veces en tan poco tiempo.
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No soy bueno describiendo música, 30 segundos. Te diré simplemente que es un disco compuesto por una sola canción (je.) de aproximadamente 45 minutos y que ha causado cierta controversia. Por un lado, algunas publicaciones lo elevan al grado de obra maestra. Mientras, otras voces apuntan a un producto menor, extremadamente presuntuoso y destinado exclusivamente a oídos trendies, que desarrolla un repetitivo y estridente mantra sónico sólo apto para masoquistas.
¿Mi opinión? Creo que lo habré escuchado unas cuatro veces desde que me hice con él: no me posicionaría en ninguno de los extremos, eso sí te lo puedo decir.
Orthrelm está compuesto por la hoy habitual formación guitarra/ batería (lightning bolt, hella, yellow swans, mouthus). El guitarra tiene un proyecto paralelo en solitario, Octis, del que tengo un album (no me preguntes el título, porque se las trae) paradójicamente compuesto por algo así como 36 temas condensados en unos 20 minutos.
Bueno, en cualquier caso, aquí tienes una muestra para que, al menos parcialmente, lo saborees por tí mismo.
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Hoy no tengo la cabeza en mi sitio. Me bajé el OV hace unos días, pero todavía no lo he oido.
Pixie, informamé más acerca de eso que dices acerca de una actuación de Reich en Barcelona en Marzo, por favor. me interesa mucho.