Reseñas 2010
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Pelukas está mutando a Alfredo Landa
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He escuchado como mucho una veintena larga de discos de este año que se acaba, y acabo de ponerme por vez primera el LP del amigo Sufjan, cuyo último EP sí tenía muy machacado. Me ha parecido asombroso, una maravilla en la que la naturaleza de los arreglos, que tanto debate ha generado, es puramente anecdótica. El extraño sabor electrónico parece un intento por distanciarse de la lucha por encontrar el sonido, un dos pasos al lado más que un paso adelante, lo que sólo consigue elevar aún más las canciones del disco por encima del ruido, por encima de la maraña de enlaces de descargas, del barullo de las listas de fin de año.
Por mí, como si decide empezar una serie de cuarenta y dos discos sobre los diálogos platónicos y no entrega el primer álbum hasta el 2014: soy suyo.
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Suscribo todas estas palabras (yo me puse con el disco la semana pasada). Qué portento el Sufjan …
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yo al principio no le pillé el punto, pero después de escucharlo como Have one on me (es decir, una cara al día) estoy encantado. Hay días que hasta me pongo dos caras enteras, eh
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Cuando saltó la noticia de la muerte de Daudette De Acevedo, alias Neco, tanto en Brasil como en el resto del planeta se pensó que era el fin de Os Ipanemas. Solo queda Wilson Das Neves de la formación original y ya no es ningún jovencito. Pero estos músicos están hechos de otro material, la música está tan dentro de su ADN que solo la muerte es capaz de interrumpir lo que han venido a hacer en este mundo. Os Ipanemas no han muerto, todo lo contrario, y este disco es una muestra formidable de vitalidad, optimismo, alegría de vivir y, como no podría ser de otra forma, un hermoso homenaje al compañero ausente.
No importa que Neves ya casi tenga 80 años, es más, el hombre no para. Este año también ha publicado “Pra Gente Fazer Mais Um Samba”, disco que todavía no he podido escuchar, pero las referencias que he podido leer lo ponen por las nubes, hasta elevarlo a la categoría de gran crooner carioca. Si no fallan las cuentas, Que Beleza (que título más adecuado para este disco, no podría llamarse de otra manera) es el quinto disco de los renovados Os Ipanemas, considerado el grupo que revolucionó en la década de los 60 el sonido bossa metiéndole toneladas de influencias afro, acercándola más a la samba.
Bien, aquí la voz de Neves es un primor, con ese tono característico de la tercera edad, pero con una calidez y experiencia dignas. Quizás no tenga la fuerza, pero tiene el matiz, quizás no llegue a ciertas notas, pero te acaricia de una forma tan melosa que no le echo en cara las debilidades. Además, el muy artero se hace acompañar, en algunas canciones, por Aurea Martins y, así a dos voces, consiguen canciones tan redondas como “Traz Um Presente Para Mim” (de esas canciones que uno nunca se cansa de oír mientras bambolea la cintura tan bien como pueda, pero con ganas, fé y todo el morro del mundo) o “Festa Indigesta”. Y, naturalmente, habría que hablar largo y tendido del trombón de Vitor Santos. Se erige como instrumento protagonista en casi los temas, es el sonido identificativo. Mientras que en “A Cara Dele” se muestra en su lado más tropical y alegre, en “Olhando Trés” me recuerda al sonido que Claus Ogerman logró en el Wave de Jobim, entre melancólico y elegante. Es más, este tema no desentonaría absolutamente nada en ese prodigio, perdón, disco que todo el mundo tendría que tener en su casa (además, y para acabar de redondearlo, tiene un estribillo pegajoso). Y paro ya porque me alargaría hasta la pesadez.
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Llevo unos dias sin poder parar de escuchar las cinco canciones del 'At Home With Sophia… The Acoustic Sessions' de Sophia. Desprenden una intensidad brutal. Es impresionante como se puede comunicar tanto con solo una guitarra acústica y voz. Me transportan directamente a joyas como el 'Pink Moon' de Nick Drake. Fue una verdadera lástima perderme el concierto del pasado PC. Otra vez será.
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Kanchelskis a mi me ha gustado bastante la chica esta (en todos los sentidos).
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Debe ser un trabajo titánico tratar de hacer una recopilación de tan solo una docena de canciones de alguien que lleva desde muy joven haciendo música y desde la mitad de la década de los 50, bajo su propio nombre. ANIBAL VELASQUEZ (Barranquilla, 1936) tiene alrededor de unos 300 discos publicados y unos 28 hijos, así que ya os podréis imaginar que su obra se queda no pequeña, pero sí enana ante un disco así (Discos Fuentes sacó hace ya tiempo un doble cd con unos 40 temas). Pero eso no quiere decir que el resultado sea malo, sino todo lo contrario: este disco es una auténtica bomba, un incendio descontrolado, una locura total.
Compositor, arreglista, cantante y acordeonista salvaje, este hombre eleva el vallenato a cotas de locura muy elevadas. Y eso que el vallenato, por si mismo, es una música muy dada a estas cosas, a las demostraciones de velocidad digital y a un ritmo completamente fuera de sí. Música para bailar, con un amplio abanico de estilos propios de la región (mambo, cumbia, corrido y son también están presentes), unos con una instrumentalización básica o primitiva (“Mi Sombrerón” o la imparable “Mambo Loco”) y otras donde, además del acordeón y una percusión carburando a todo trapo, hay un piano que, joder, es igualito igualito a cuando Jerry Lee Lewis le daba al teclado pero con esa fiereza tal que le levaba a quemarlo. Temas como el que abre el disco (“Carruseles” o “Que paso”) son una auténtica orgía rítmica, con un tumbao al piano que, simplemente, quita el hipo. Vaya manos, señores, vaya manos.
Y ante tanto tesoro, uno hasta perdona que, quizás, tendrían que haber remasterizado mejor los temas en aras de un mejor sonido, pero hasta esto tiene su encanto, así todo suena como mucho más sucio. ¿He dicho antes que este disco es impresionante?. Que gran disco, joder.
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@Chiappucci:31b7zcpu:
He escuchado como mucho una veintena larga de discos de este año que se acaba, y acabo de ponerme por vez primera el LP del amigo Sufjan, cuyo último EP sí tenía muy machacado. Me ha parecido asombroso, una maravilla en la que la naturaleza de los arreglos, que tanto debate ha generado, es puramente anecdótica. El extraño sabor electrónico parece un intento por distanciarse de la lucha por encontrar el sonido, un dos pasos al lado más que un paso adelante, lo que sólo consigue elevar aún más las canciones del disco por encima del ruido, por encima de la maraña de enlaces de descargas, del barullo de las listas de fin de año.
Por mí, como si decide empezar una serie de cuarenta y dos discos sobre los diálogos platónicos y no entrega el primer álbum hasta el 2014: soy suyo.
Ahora que tenemos gracias a un obsequio el CD original -la percepción cambia mucho según el formato de escucha- nos invade el desconcierto. Esto nos gusta, lo siguiente menos, lo que continúa es maravilloso, un pasaje nos deja fríos… Ahora Peter Gabriel, ahora Paul Simon, ahora Beck.... sensaciones contrapuestas e incluso cambiantes, en definitiva, pero siempre nos provoca algo. Con el tiempo, quizás lo subamos a un pedestal o tal vez lo archivemos con un "no era para tanto", pero ahora mismo, provoca de todo menos indiferencia.
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El de Ghostface me está dando la marcha que necesitaba. Me tomo el Frenadol con esperanzas de superar el resfriado y miro a la gente por encima del hombro respondiendo a sus preguntas con cara chulesca a lo 'nigga, what?'. Igual me pegan pero me está subiendo la moral xD.
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Querido Kanchelskis: por ahora, todos los discos que comento tienen enlaces muuuuy fáciles de encontrar en la red, no son piezas raras.
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El de Jah Wobble, Japanese Dub esta muy bien. Y los anteriores que hay en Spotify tambien. No lo conocia. ¿Hace conciertos? Grandes discos y reseñas por cierto.
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Si que los hace. Estuvo de gira por UK en verano, en Bélgica una fecha en Octubre y otra en Norwich con ese ensemble. El último bolo que ha hecho ha sido en Stratford, en Noviembre, haciendo un tributo en clave dub a la época eléctrica de Miles Davis. Por cierto, ha hecho un remake de Blow Up.
Yo lo ví en el Casino de Alianza de Poble Nou cuando se hizo lo del Blues & Ritmes y con los Invaders From The Heart. No sé si ha vuelto otra vez en todos estos años, si no lo ha hecho creo que es una gran asignatura pendiente. Gran bolo, por cierto.
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Vaya por delante que es la primera vez que escucho a este grupo procedente de Lima. Indagando un poco, descubro que son bastante populares en su ciudad (supongo que también en todo el país) y que ya llevan 10 años en esto. Me alegra mucho saberlo porque, en este mundo de la música latina actual, tan falto de propuestas que se alejen de los sonidos cursis, almibarados y horteras, la de este grupo son necesarias, tanto si militan en el bando de la llamada salsa dura como en otros frentes.
SABOR Y CONTROL son un grupo que respira asfalto por los cuatro costados. Su sonido es rugoso y sus letras también en muchos de sus versos. No hay ninguna duda de que su espíritu está con esas agrupaciones que asolaron el Barrio en los setenta, sobre todo en la ya legendaria de Willie Colon con Hector Lavoe y en La Perfecta de Eddie Palmieri. Y no solo en su militancia, sino también en su sonido: la presencia casi dictatorial de los dos trombones así lo afirma. Quizás el rasgo más diferenciador es la presencia de dos saxos tenores que, en algunas ocasiones, hasta descubren matices en las composiciones.
El gran problema de este disco es, según mi opinión, también es su virtud: una producción sobria, quizás hasta demasiado. La virtud es que no simula nada, todo queda al descubierto y sin lazos. Casi hasta suena a disco grabado de una toma, como un directo. El problema es que, esa falta de envoltorios muestran canciones que no lucen, les falta garra y, con ello, las carencias del grupo se ven muy pronto: una voz solista que no se muestra ni brava ni decidida, unos coros que no acaban de funcionar, composiciones que no resultan ser absolutamente redondas (aunque lo rozan “No Hables Así”, “Barrio Bendito” o “Sale Caliente”) y que, incluso, se ralentizan demasiado (algún bostezo) o, directamente, caen un cierto despropósito un tanto sonrojante (“La Suite”, con sus once minutos, es un ejemplo de cómo no terminar nuca un disco).
BARRIO BENDITO es un disco discreto – regular - bueno. No sé que hubiera sido de este material en manos de un productor que hubiera sabido equilibrar los dos factores, quizás tampoco hubiera elevado más la nota, pero todo y eso creo que no puedo lanzar a este grupo al cesto del olvido. No son La 33 (eso solo lo puede ser quien está tocado por los dioses, y los colombianos lo están y de qué forma), pero al menos intentan hacer algo decente, adulto y bueno. Unas veces salen bien, otras no.
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sorprendente el ep -o lo que sea- de unsane. manel lo clavó recomendándolo. 'pigeon' es manteca negra, el sludge de 'no dice' también gusta y 'grind' se sostiene bastante bien. los tres temas son mucho mejores que cualquier cosa de lo que había en 'visqueen'. habrá que esperar al largo a ver qué pasa…
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bueno, a mí "visqueen" me molaba bastante y las tres del ep no creo que superen las tres o cuatro primeras de "visqueen". lo que sí que mejora considerablemente es lo que escuchamos con Celan, el grupo de Chris Spencer de hace un año o dos.
en cualquier caso esperando el disco con ganas, sí señor.
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@30segundossobreTokyo:2bgf4big:
Vaya por delante que es la primera vez que escucho a este grupo procedente de Lima. Indagando un poco, descubro que son bastante populares en su ciudad (supongo que también en todo el país) y que ya llevan 10 años en esto. Me alegra mucho saberlo porque, en este mundo de la música latina actual, tan falto de propuestas que se alejen de los sonidos cursis, almibarados y horteras, la de este grupo son necesarias, tanto si militan en el bando de la llamada salsa dura como en otros frentes.
SABOR Y CONTROL son un grupo que respira asfalto por los cuatro costados. Su sonido es rugoso y sus letras también en muchos de sus versos. No hay ninguna duda de que su espíritu está con esas agrupaciones que asolaron el Barrio en los setenta, sobre todo en la ya legendaria de Willie Colon con Hector Lavoe y en La Perfecta de Eddie Palmieri. Y no solo en su militancia, sino también en su sonido: la presencia casi dictatorial de los dos trombones así lo afirma. Quizás el rasgo más diferenciador es la presencia de dos saxos tenores que, en algunas ocasiones, hasta descubren matices en las composiciones.
El gran problema de este disco es, según mi opinión, también es su virtud: una producción sobria, quizás hasta demasiado. La virtud es que no simula nada, todo queda al descubierto y sin lazos. Casi hasta suena a disco grabado de una toma, como un directo. El problema es que, esa falta de envoltorios muestran canciones que no lucen, les falta garra y, con ello, las carencias del grupo se ven muy pronto: una voz solista que no se muestra ni brava ni decidida, unos coros que no acaban de funcionar, composiciones que no resultan ser absolutamente redondas (aunque lo rozan “No Hables Así”, “Barrio Bendito” o “Sale Caliente”) y que, incluso, se ralentizan demasiado (algún bostezo) o, directamente, caen un cierto despropósito un tanto sonrojante (“La Suite”, con sus once minutos, es un ejemplo de cómo no terminar nuca un disco).
BARRIO BENDITO es un disco discreto – regular - bueno. No sé que hubiera sido de este material en manos de un productor que hubiera sabido equilibrar los dos factores, quizás tampoco hubiera elevado más la nota, pero todo y eso creo que no puedo lanzar a este grupo al cesto del olvido. No son La 33 (eso solo lo puede ser quien está tocado por los dioses, y los colombianos lo están y de qué forma), pero al menos intentan hacer algo decente, adulto y bueno. Unas veces salen bien, otras no.
Vaya curro que te metes con estas reseñas 30, se agradece. Por cierto recién ahora puedo husmear en referencia a lo que hablamos en el primavera de La Devoción ? puede ser ?, estoy a la espera de algún material, cuando lo tenga te lo paso.
Ahm y por dios no dejes que se te escape el disco de ngozi family que reedito Phonica Records, 45000 volts, una jodida maravilla.
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Si que eran La Devoción, si.
gracias por la recomendación, me pongo en ello.
Por cierto, ¿has oido esto? Esta realmente curioso…
Se titula POMEGRANATES - FINDERS KEEPERS y se trata de una recopilación de grupos de psicodélia, funk y pop iraní de las décadas 60 y 70. Hay cosas realmente jugosas….
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@30segundossobreTokyo:2d4ol2mz:
Si que eran La Devoción, si.
gracias por la recomendación, me pongo en ello.
Por cierto, ¿has oido esto? Esta realmente curioso…
Se titula POMEGRANATES - FINDERS KEEPERS y se trata de una recopilación de grupos de psicodélia, funk y pop iraní de las décadas 60 y 70. Hay cosas realmente jugosas….
Lleva sacándole chispas a mi toca discos por un buen tiempo Finders Keppers lo tiene.