El horror, hijo…el horror



  • Luego me preguntan que por qué tengo aerofobia. Vaya tela.



  • ¿La causa del accidente fue ésa? Si no lo fue, esa conversación no implica nada. Entre relés y bolsas de cacahuetes me pierdo, pero por lo que he leído, ese avión, aparentemente, tenía los requisitos mínimos para que el vuelo no tuviese problemas. También quiero pensar que si había algún problema serio el comandante y copiloto no hubiesen decidido suicidarse con 150 pasajeros más. Tampoco sé hasta que punto puede llegar a presionar una compañía a sus propios pilotos.

    Recuerdo un documental sobre Aerolíneas Argentinas (lo vi en Argentina) y, en concreto, el aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires), y el tema daba como para acojonarse. Acojonaba más viendo que quien denunciaba todas las irregularidades era un excomandante de la compañía que, si no recuerdo mal, había sido despedido por no ceder ante algunas presiones y, por lo tanto, sabía de lo que hablaba.

    En el documental enseñaba un parte de vuelo, que es donde el comandante pone todas las incidencias que ha habido durante el vuelo, y veías como ese parte iba pasando de comandante a comandante con una misma incidencia mecánica cada vez más agravada y los mecánicos sudaban de arreglarla. Al final el equivalente era el pilotar un avión sin uno de los motores, algo que tenía que corregirse mediante el juego de los alerones.

    Otra buena era la entrada de los aviones al Aeropuerto. En todos los aeropuertos lo aviones entran siguiendo un mismo sentido para que, en caso de que alguno tenga algún problema y tenga que variar repentinamente la altura, no se encuentre con un avión de cara y choquen. En Ezeiza habían llegado a coincidir unos 10 aviones a diferentes alturas, cada uno en sentido opuesto a sus dos más cercanos (en ese momento ponen una conversación de un comandante alertando a la torre de que le acaba de pasar un avión en sentido contrario muy cerca). Ah, y los monitores de la torre de control a veces tenían apagones intermitentes lo que obligaba a los controladores a saber mentalmente donde estaba cada avión.

    Cosas de aviones. Siempre tenemos a favor la estadística, por eso.



  • A un paranoico como servidor de nada le sirven las estadísticas. Está muy bien eso de: "La estadística dice que una persona debería realizar X miles de millones de vuelos para sufrir un accidente", pero la realidad es que, muy probablemente, algunas víctimas del vuelo de Spanair habían cogido tres o cuatro aviones en su vida. Si te toca la china, te toca. De ahí la fobia.



  • No, la estadística no dice eso. Dice que, si coges un avión, la probabilidad de que se estrelle es muy baja. Es decir, si te quieres suicidar, es mejor buscarse otro método porque lo más probable es que, aunque vueles cada día, no vayas a conseguir tu propósito. Lo cual no implica que estadísticamente la persona que coge un único avión ya sea susceptible de que se lleve el "premio". Como la lotería, vamos. Lo único que, cuando hablamos de aviones, el mayor componente a tener en cuenta no es el azar y, si todo se hace correctamente (éste es el punto delicado), la probabilidad de accidente es ínfima.



  • Alguna vez he oído eso de los tropecientos millones de vuelos y tal. Lo malo también son las probabilidades de salir con vida de un accidente aéreo. A priori es todo o nada, y eso también influye. Pero bueno, que quien tiene una fobia no entiende de razonamientos ni de estadísticas ni de nada. Todo es un drama, desde la llegada al aeropuerto hasta el despegue y el aterrizaje, la claustrofobia, el no poder fumar, pasando por la posibilidad de que un palomo joda un motor, de que entre en erupción un volcán islandés o de que una racha de viento desvíe un misil en Irak y acabe impactando justo al lado de tu asiento mientras sobrevuelas Málaga. El caso es montarse películas para sufrir lo indecible.



  • El caso es pimplarse un botellín de Viña Sol justo antes de embarcar.



  • Jejej, eso funciona con los que notan un cosquilleo en la panza durante el despegue. Para los que un mes antes ya tenemos sudores fríos, ni con Valium.



  • @efren:2s9zn0c1:

    Pero bueno, que quien tiene una fobia no entiende de razonamientos ni de estadísticas ni de nada. Todo es un drama, desde la llegada al aeropuerto hasta el despegue y el aterrizaje, la claustrofobia…

    Cuánta razón. A mí lo que me agobia bastante es la "previa" de mierda. Sobretodo volando desde aeropuertos UK en los que el control de seguridad es exasperantemente lento y paranoide. Cuando el vuelo va muy muy lleno y hace aquel calor fruto de los restos de dióxido del pasaje anterior, con ese olor a clase recién finalizada y con cero ventilación hasta que se despega, me entran los sofocos de la muerte.

    Si a eso le añades el típico hijoputa que no para de levantarse cada 2 minutos para ir a buscar no sé qué coño en el portaequipajes de cabina y que apenas hay espacio para colocar -ya no digo ni estirar- las piernas si mides más de 180cm como es mi caso, el ataque de claustrofobia y misantropía se multiplican.

    Lo mejor de todo eso es que si te colocas en los asientos junto a la salida de emergencia, el azafato o azafata de turno se acercan para recordarte que en caso de emergencia serás el encargado de iniciar la evacuación y que si estás de acuerdo con ello y tal, para espanto del pobre pasajero.

    Sin duda el peor momento es justo antes de despegar, sobretodo si dicho despegue tarda mucho en producirse por acumulación de aparatos en pista, por lo que el trance se convierte en casi una puta tortura en la que te vas comiendo la olla de manera sobrehumana en pocos minutos. Una vez se despega y se pasan esos 10 segundos de terror en los que piensas: "y si nos caemos ahora…" resulta que más o menos todo pasa a estar controlado y las pulsaciones cardíacas bajan de 150 a 70 aprox.

    Volar se ha convertido cada vez más en un suplicio. El mejor remedio que se me ocurre es llevar una botella de agua para ir hidratando la garganta y medio orfidalete por si a uno de la por hiperventilar. De las manos, axilas y pies hipersudados, ya ni hablemos of course.



  • Vaya pandilla de nenazas, por dios. A la guerra os enviaba a todos.



  • en los aviones a mí siempre me ha flipado el rollo de los pies, es como que de repente ya no existen convenciones referidas a los pies y la gente se pasea con toda naturalidad descalza por el avión.



  • Una vez volviendo de Londres petó uno de los dos motores del avión en pleno vuelo y lo que más miedo me dio fueron las sonrisas forzadas de la tripulación, mientras nos explicaban a mi y a mis acompañantes, que estabamos junto a la salida de emergencia, si tendríamos lo necesario para abrir las puertas en caso de caer en el mar. Tuvimos que volver a Londres y al final no hubo problema. Cundió un poco el pánico entre el pasaje, eso si y cuando aterrizamos en Londres el avión entero se fundió en un largo aplauso de liberación. Fue la única vez que pase miedo en un avión, pero lo cierto es que se me ha olvidado y sigo volando sin problemas.



  • ¿El plagio descarado que hacen en el nuevo spot de Movistar de los gallos de "Where the wild things are" es legal?

    http://www.youtube.com/watch?v=NyYQ6myzcNc



  • Ya lo hicieron antes con Daft Punk también xD



  • @Guilen:1zta7jpz:

    @efren:1zta7jpz:

    Pero bueno, que quien tiene una fobia no entiende de razonamientos ni de estadísticas ni de nada. Todo es un drama, desde la llegada al aeropuerto hasta el despegue y el aterrizaje, la claustrofobia…

    Cuánta razón. A mí lo que me agobia bastante es la "previa" de mierda. Sobretodo volando desde aeropuertos UK en los que el control de seguridad es exasperantemente lento y paranoide. Cuando el vuelo va muy muy lleno y hace aquel calor fruto de los restos de dióxido del pasaje anterior, con ese olor a clase recién finalizada y con cero ventilación hasta que se despega, me entran los sofocos de la muerte.

    Si a eso le añades el típico hijoputa que no para de levantarse cada 2 minutos para ir a buscar no sé qué coño en el portaequipajes de cabina y que apenas hay espacio para colocar -ya no digo ni estirar- las piernas si mides más de 180cm como es mi caso, el ataque de claustrofobia y misantropía se multiplican.

    Lo mejor de todo eso es que si te colocas en los asientos junto a la salida de emergencia, el azafato o azafata de turno se acercan para recordarte que en caso de emergencia serás el encargado de iniciar la evacuación y que si estás de acuerdo con ello y tal, para espanto del pobre pasajero.

    Sin duda el peor momento es justo antes de despegar, sobretodo si dicho despegue tarda mucho en producirse por acumulación de aparatos en pista, por lo que el trance se convierte en casi una puta tortura en la que te vas comiendo la olla de manera sobrehumana en pocos minutos. Una vez se despega y se pasan esos 10 segundos de terror en los que piensas: "y si nos caemos ahora…" resulta que más o menos todo pasa a estar controlado y las pulsaciones cardíacas bajan de 150 a 70 aprox.

    Volar se ha convertido cada vez más en un suplicio. El mejor remedio que se me ocurre es llevar una botella de agua para ir hidratando la garganta y medio orfidalete por si a uno de la por hiperventilar. De las manos, axilas y pies hipersudados, ya ni hablemos of course.

    As pulpo says, todos nenazas. Bueno lo del motor petado de Zackhill ya no tanto.

    Yo ya he desarrollado la superhabilidad de dormirme en los aviones, es lo mejor. Hay vuelos en los que hasta me he marcado un 'perfect': dormirme antes de que la azafata pegue su rollo, y despertarme al tocar tierra.



  • A un servidor y a Ashes nos piló La Tormenta Perfecta intentando aterrizar en Ezeiza el pasado octubre (si habéis visto imágenes del Argentina-Perú que ganó la albiceleste en el último minuto con gol de Martín Palermo, bajo una tromba de agua absurda, y con Maradona haciendo aquaplanning sobre la tripa en el césped, nuestro avión estaba bajando justo en ese momento). El acojone fue tremendo, la gente estaba en silencio absoluto mientras el avión se iba hacia un lado, al otro, subía, bajaba y literalmente se retorcía. Al final el piloto (de Aerolíneas, por cierto) dijo que allí no había quien bajara y se fue hacia Montevideo. La ronda de aplausos al tocar tierra fue de órdago. Qué miedo, macho.



  • Mi mujer vivió dos aterrizajes de panza en un espacio de hora y media. Dice que fue muy bonito ver en pleno descenso coches de policía, ambulancias y bomberos rociando la pista de espuma por si el asunto acababa en barbecue. Allí más que aplausos estuvo a punto de producirse un linchamiento. Ocho o diez padres de familia se liaron a aporrear la puerta de la cabina llamándole al piloto de todo menos guapo.



  • ¿Esto que es, el rincón del desahogo o el rincón del acojone? Vale ya coño.

    Ostias, vaya plancha, que es el horror. No vuelvo a entrar más aquí, que mal rollo.



  • No hombre no, no te dejes amedrentar. Cuántas veces me habrán dicho a mí: "¿Dónde vas con una moto que no frena, apenas alumbra y culea a la mínima?". Y ahí seguimos, al pie del cañón. No creo que sea peor montarse en un avión.



  • Quien no haya volado a La Habana con Cubana de Aviación vía Gander (Terranova, Canadá) no sabe lo que es el miedo. Un aparato que parecía el autobús que para en todos los pueblos, comida escasa y falta de mantas para un vuelo al Caribe que hizo escala donde empieza la banquisa polar. Las caras de la gente en el aterrizaje eran como un remake de 'Viven'



  • Eres un novio de la muerte, efren. No cojo una moto ni harto vino, seguro que me estampo.

    Del avión lo que más miedo me da es el aeropuerto. Una vez fui incapaz de encontrar la recogida de maletas y la salida en Schiphol, rollo Alfredo Landa.