MÁS CULTURA
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Qué tiempos aquellos en los que los escritores todavía pensaban en los lectores, e7ili… (Y los artistas en general, en los receptores de su arte.)
Así está el patio actualmente, entre los que sólo se miran el ombligo esperando que su reflejo en el espejo coincida con el del lector y los que abusan de una fórmula previamente establecida (por cómoda y vulgar que sea) con ánimo de vaciarle el bolsillo.
Lo que me conmueve y me divierte de los grandes escritores de antes consiste precisamente en eso: en que miraban hacia fuera y hacia los demás -aunque luego nos lo sirvieran todo tamizado por el filtro de su propia mirada- en vez de tirarse el folio sobre lo interesantes que eran sus ojos.
Mucho más interesantes, ya puestos, que los de la mayoría de los que ahora, como decía una escritora amiga mía muy castiza, "se pasan el día oliéndose el pedo". Aunque yo añadiría que algunos no sólo se lo huelen (y perdón por la alusión escatológica, pero es que es muy gráfica), sino que encima te exclaman en tus narices: Delicious!!!
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Con ciertas cosas hay que tener cuidado. Con ciertos argumentos al borde de la demagogia, que sin duda resultan funcionales en tanto reafirman nuestras opiniones, nuestros culos y, ya puestos, nuestros pedos. Que en el fondo describen obviedades, sublimándolas como si fueran un descrubrimiento.
Claro que si te aburres con algo lo más razonable sea dejarlo, lo contrario sería propio de imbéciles. Aunque tampoco sería tan descabellado hablar del aburrimiento como el portal de cierta percepción mística, desde la no acción taoísta hasta Bartleby, o incluso Dostoiesvski al que cuesta poco imaginarselo definiéndose como una persona profundamente aburrida.
Pero ésos argumentos del ¡me aburre! los he oído tantas veces… Ciertamente es una opinión de lo más aburrida. Y no nos engañemos, a la mayoría de la gente les aburre la mayoría de la música que por aquí se nombra. Sin duda, la mayoría de los libros tambien. Si sólo eso deslegítima el valor artístico de una obra, convengamos en que somos una pandilla de snobs que ni siquiera al final tenemos argumentos de más peso que el resto de personas que adoran a Bisbal, Bustamante, Tokio Hotel, Cohelo, ken Follet etc... Ah, la sociedad del espectáculo, ésa si que sabe de diversión, y no nosotros... despreciables snobs que sublimamos la expresión artística, y nos la apropiamos impunemente, aún sin saber muy bien por qué... Pero estoy con vosotros si algo te aburre, para que seguir con ello?
Por cierto, Faulkner tambien consideró un fracaso su libro El ruido y la Furia, tambien el que más le gustaba porque le había provocado más dolor y angustia escribirla ( hasa 5 veces lo reescribió..)
-Algunas personas dicen que no entienden lo que escribe, incluso después de leerlo dos o tres veces. ¿Que les sugeriría que hicieran?
-Que lo leyeran cuatro veces.
En todo caso no os toméis ésto demasiado en serio. A mí tambien me aburre Faulkner.
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Dice Thurman que ahora los artistas no se preocupan por sus espectadores/lectores…yo digo que no lo hacen nunca y que eso es lo genuíno...sino que? Pues quedan las cohibiciones y las mercantiles visiones y el producto como sinónimo de mercancía y joder, para relacionarlo con lo que dice Hank... Somos snobs y superiores nos sentimos. No estoy hablando de super-hombres, no no es eso. Es algo íntimo, algo que fluye dentro de nosotros. Quizás en equilibrio entre nuestros miedos y alegrías. Canalización.
no tardaré en leer a Faulkner. Para eso está el foro entre otras cosas.
ayer estuve un mini-rato en el Heliogábal: noche blanca (lecturas de la literatura rusa). Citaron a Nietzche quien dijo un dia que todo lo que sabía de psicología se lo había enseñado Dostoyevsky. Porqué digo esto no importa.
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No digo exactamente eso, Disperso. De hecho, hago una alusión al mercantilismo en el segundo párrafo.
Digo más bien que estoy un poco harto de tanta metaliteratura y tanto narcisismo-leninismo. Es decir, de tanto escritor que sólo se recrea en su propio ego y es incapaz de escribir una novela con cuatro o cinco personajes verosímiles que no tengan nada que ver con él. Es en ese sentido en el que digo que no piensan en los demás, porque ni los miran ni los toman en cuenta como posibles protagonistas de su arte.
Otra cosa es preocuparse de los demás como posibles lectores, con ánimo de lucro. Y eso sí que me parece bastante espantoso, y la literatura a la carta no la defenderé nunca. Pero también pienso que tiene que haber de todo, y respeto que cada uno se aburra y se entretenga con lo que le dé la gana. Vamos, que ni me siento superior en absoluto ni en posesión de ninguna verdad.
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@e7ili:6btko3cg:
El arte no debe ser tarea escolar ni aburrimiento […], sino que quiere y debe deparar alegría, debe entretener y dar vida,
@hank:6btko3cg:
Pero estoy con vosotros si algo te aburre, para que seguir con ello?
mi no entender, habeis pensado dos veces lo que decís? estais destrozando de un plumazo el concepto de cultura y el de arte, ¿alguien cree de verdad que el artista es un bufon y que el arte es un divertimento? a veces el aburrimiento no es más que falta de información, vosotros que leeis tanto tendriais que usar mejor las palabras
pd: si ha sonado muy brusco no era mi intención;)
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Sí, eva pe, el aburrimiento muchas veces es desinformación…¡cuantas veces hemos escuchado eso de "es que es una película muy lenta"! (eso sería abrir otro frente de discusión)...pero creo que tanto Hank como e7ili se refieren al divertimento como entusiasmo demostrado ante una obra, no como algo que dibuje carcajadas.
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cuando he leido la palabra alegria, he entendido otra cosa, pero en todo caso, yo me pongo a menudo delante de obras que no me entusiasman, pero que sí me generan conciencia, el entusiasmo y el flipazo son conceptos románticos que funcionan a veces, pero creo que no se puede meter todas las expresiones y recepciones en ese saco.
pd: qué cortarollos soy!
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También hay que tener en cuenta una cosa: cada uno utiliza la literatura para lo que le conviene. Es decir, algunos leen para entretenerse en el metro camino al trabajo, otros para dilucidar una angustia vital que le carcome el alma, a otros les interesa tan sólo, y en sí, la estructura octogonal de las novelas postmodernistas, y otros utilizan los libros para calzar la mesa camilla de la abuela. Según las necesidades, usos. Yo debo decir que he utilizado la literatura para todos los usos posibles, incluso para masturbarme y, por supuesto, también para ligar.
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Y, a todo esto, me estoy dando cuenta de que mis novelas favoritas suelen cumplir todos esos usos posibles que he mencionado: entretiene, angustia vital, estructura novedosa, pajillera, calzamesascamilla.
Perdón por no editar pero es que estoy perezoso.
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@26udhc66:
Dice Thurman que ahora los artistas no se preocupan por sus espectadores/lectores…yo digo que no lo hacen nunca y que eso es lo genuíno...sino que? Pues quedan las cohibiciones y las mercantiles visiones y el producto como sinónimo de mercancía
Ken Follett debatía un día con su buen amigo Hanif Kureishi, prestigioso novelista y guionista, acerca de qué quieren los lectores. "Nunca pienso en los lectores", comentó Kureishi. "Por eso tú eres un gran escritor y yo soy un escritor millonario", le respondió Follet.
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Ya he explicado antes lo que quería decir, así que no me voy a repetir. Pero aprovechando tu cita de lo que dice Disperso que digo yo, Harry, añadiré que no sólo concibo la literatura como expresión, sino también como comunicación; por lo tanto tampoco me parecería tan mal pensar de vez en cuando en los lectores como parte activa y necesaria de ese proceso.
En cuanto a Kureishi y Follet en concreto, creo que Kureishi es un buen escritor pero no un "gran" escritor. De Follet no puedo opinar, porque ni siquiera he leído sus archifamosos y archivendidos pilares de la tierra. Sólo comentar que, por las entrevistas que ha concedido, me cae bastante gordo. Y como me cae bastante gordo (entre otras cosas, por su concepción de la literatura como negocio), pues seguiré tan ricamente sin leer nada de él, con mis prejuicios a cuestas.
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Cambiando de tema: me apetece leer algo de tu amado Coetzee, Chiappucci, y estoy viendo que en las páginas de crítica inglesas aún ponen mejor Slow Man que otras cosas suyas. ¿La has leído? ¿Empiezo por ésa?
(También dicen que le ha dado prestigio al Nobel, en vez de el Nobel dárselo a él…)
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@Thurman:3lvtu4r9:
Cambiando de tema: me apetece leer algo de tu amado Coetzee, Chiappucci, y estoy viendo que en las páginas de crítica inglesas aún ponen mejor Slow Man que otras cosas suyas. ¿La has leído? ¿Empiezo por ésa?
Simplificando mucho, Coetzee tiene un grupo de novelas con un estilo muy seco, frío, realista si queremos, centradas sobretodo en la sociedad sudafricana, aunque a veces tienda hacia la parábola o el absurdo. Luego están otras más híbridas, más juguetonas (aunque es un juego que de puramente lúdico tiene poco) con las convenciones de géneros, más libres en su estilo, y más autoreflexivas, centradas en el coqueteo con referencias literarias, la opinión o la autobiografía.
Slowman es un punto intermedio, empieza aparentemente como las del primer grupo para derivar hacia una especie de postmodernismo kafkiano, si la expresión es tolerable, con la aparición de Elizabeth Costello (un recurrente alter ego de Coetzee, aunque él rechazaría esta afirmación; es fascinante el juego entre ficción y autobiografía, personaje y escritor en Elizabeth Costello, Infancia y, sobre todo, la despiadada Juventud. Coetzee recupera esta obsesión en un artículo sobre Oz).
Yo empezaría con Vida y época de Michael K., también kafkiano desde el mismo título, pero menos árido aún en su dureza. Desgracia es también en su sencillez una obra extraordinaria, extraordinaria en un sentido clásico y casi anacrónico, el de una impresionante vivisección del alma humana; dos breves novelas que narran dolor y producen dolor, pero otorgan, si no esperanza, sí una cierta paz.
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Grazie mille, signore. Tomo nota.
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ppffff…. a mí Slow Man no me parece nada del otro jueves, creo que aun la tengo a medias. En cambio Infancia, Juventud y Desgracia me parecieron tan excelentes como duras, agrestes, sinceras y geniales. Todas las he leido traducidas.
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Prefiero las obras primerizas de Coetzee a sus últimos trabajos (aunque admito que tampoco he leído demasiado); La Edad de Hierro (más en su ecuador), Esperando a los Bárbaros (que recuerda mucho al Desierto de los Tártaros de Buzzati) y por supuesto Michael K.
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Il Deserto di Tartari, ese debe ser el libro en que se basa la película, claro. Altamente recomendable también.
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Aprovechando que citáis a Buzzati y su imponente desierto, no sé cómo el otro día (cuando hablábamos de literatura italiana) se me olvidó nombrar a Tabucchi, porque es uno de los pocos autores italianos contemporáneos -si no el único- de los que he leído toda su obra.
Acabo de terminar Autobiografías ajenas, que no tiene mayor interés para quien no conozca el resto de sus libros. Pero si me pidieran que recomendara algo suyo a modo de aperitivo, recomendaría Sostiene Pereira, entre sus novelas; Pequeños equívocos sin importancia, entre sus colecciones de cuentos; y Los volátiles del Beato Angélico, entre sus misceláneas.
Réquiem (escrito en portugués) también es un libro alucinado y alucinante, sobre todo para cualquiera al que le gusten Pessoa y/o Lisboa.
Como dice la operadora de Radio Taxi: ¿Alguno para Tabucchi?
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Después de acabar Dublineses (por fin engullo un libro entero del jodío irlandés), he tenido mi primer contacto con Bartleby y compañía de Vila-Matas convencido por las recomendaciones de e7ili y Thurman. Me hubiera saltado todas las paradas del tren sin ir al trabajo, me ha enganchado desde el principio esta búsqueda sobre la negación, los escritores del No.
Por otra parte, los excelentísimos Reyes Magos, me han regalado Las Benévolas, así que probablemente después de Vila-Matas me vea las caras con él, a ver si me gusta tanto como a Hank.
Para acabar, decir que me gustó mucho Sostiene Pereira de Tabucchi. Aunque nunca vi la película con Mastroianni, ¿alguién la ha visto? ¿Vale la pena?
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De Dubliners me gustaron especialmente las narraciones de los dos niños que hacen campana para irse de excursión y la del currante que está esperando terminar para irse de whiskies con sus colegas.