Me gusta er fúrgol



  • Bueno, bueno, es pueril hasta que deja de serlo, por ejemplo, si a algún árbitro se le escapa una tarjeta roja injusta contra el FCB, no sea que le acusen de favoritismo. Entonces la broma deja de tener gracia. Mucha gente opina que no se debería entrar en el juego de Relaño y compañía, pero, qué quieres que te diga, andar callando siempre me parece una idiotez.

    En fin, podríamos seguir ad infinitum.



  • vaya serie de partidos que lleva el amigo ibra, flojo, flojo (modo preocupación: on) … y hay que ver que resultón que nos ha salido el Maxwell por cuatro duros, ayer en la primera parte lo bordó por la derecha.



  • Venga leches, para mí que las historias estas del villarato y fichajes etc. no se las creen ni los mismos periodistas deportivos. Son coñas inventadas para vender más periódicos.

    O quizás se lo crean y sean profundamente imbéciles, que también puede ser.



  • @efren:25t1o2m1:

    @manel:25t1o2m1:

    a ver, pero qué cojones regalar puntos? el español ha metido 14 goles en 20 partidos, somos la puta peste, ahora resultará que nos hemos dejado.. nos paseamos en todos los campos de españa dando auténticos baños de futbol, excepto cuando pisamos el bernabeu.
    a vosotros os gustaría que perdiéramos todos los partidos menos los dos del madrid, pero eso no puede ser

    Estoy contigo Manel. POr desgracia los pericos no se dejan contra el RM. Es que sencillamente su juego es lamentable. Ayer aguanté media hora de partido y cambié de canal. Fue infumable.

    Resumen perfecto de un partido y una temporada.

    Dejemoslo en que Javi Marquez le echo un par, Kameni esta estupendo y que cada dia soy mas Facundista.



  • por cierto, valde, se confirma el beef entre osvaldo e iván alonso, porque la jugada del remate en vez de pasársela a osvaldo..



  • Y que lo digas, no se puede jugar con dos 9 del mismo estilo. Poco mas y Osvaldo se lia a machetazos con Ivan.

    Y lo de Coro, hombre, que se vaya a cascarla ya de una –-- vez. Tenemos a Marques que es un tipo que al menos lo intenta.

    Vamos a olvidar este partido y a ver si ganamos al Depor y dejamos de mirar abajo con cagarrinas.

    Granero seleccion.



  • @manel:36ryn8fw:

    a vosotros os gustaría que perdiéramos todos los partidos menos los dos del madrid

    ¿Dónde hay que firmar?



  • Menudos delirios esquizoides que hay en cada bando. Esto es grotesco



  • Esto de la prensa deportiva, al principio, resultaba gracioso. Ahora es muy molesto. Yo he dejado de entrar a las webs de Marca y As, y sólo entro en Sport y Mundodeportivo para leer las informaciones del Barça en cuanto a lesiones, resultados de las otras secciones, y poco más. Lo demás considero que sobra. Es más, creo que alguien debería empezar a tomar cartas en el asunto. Así que lo ideal, en alguien que comparta mi opinión, es no darles más cancha.

    Como se puede entender de mis palabras, lo que menos espero es venir aquí y encontrarme lo que estoy evitando por otro lado. Es sólo una opinión, y que cada uno le saque jugo a este absurdo intercambio de portadas como crea conveniente, pero, si es por mí, que se queden en sus respectivas webs deportivas.



  • A tope con Jarguz. Todos (pericos, cules, merengues) tenemos muy claro lo que es la prensa deportiva, no veo para nada necesario que aquí se comente cada lunes la portada del as, del sport, o el último comentario de Roncero.

    Es que no entiendo por qué siguen sorprendiendo este tipo de portadas cuando es lo mismo de siempre. Entrar en ese juego es demostrar que están consiguiendo lo que quieren. Así que más opiniones razonadas y menos portadas.



  • Yo vengo a decir que ayer lo de Málaga fue vergonzoso, vale que los árbitros se pueden equivocar y todo eso, pero la chulería y la prepotencia con la que actuó el colegiado por mero afán de protagonismo me parece sancionable, no se puede permitir que el del silbato salga al campo con toda la intención de ser el protagonista, ojito con Mateu Lahoz porque quiere ser el nuevo Rafa.



  • Como ya es habitual vengo a decir que Goyo Manzano es más grande que la vida misma, es el Jack Shepard de la liga, todavía no entiendo como el Atleti no tuvo paciencia con él.



  • Pues el futbol hoy en dia en España esta estructurado de tal manera que es logico que la prensa deportiva y los foreros caigan en el espectaculo llamado TOMBOLA. Yo en alguna ocasion he intentado abrir un debate sobre la injusticia que es que unos sean SA y otros SD. Y no le interesa absolutamente a nadie. Bueno Valde dijo que no quiere democracia, el sabra. Esto viene a cuento que el R.Madrid y el Barca se han covertido en entes gobernados por unas personas que responden a unos intereses que van mas alla de lo deportivo y economico. Mientras que el resto (excepto el Bilbao que se mueve bajo el interes politico, nostalgico y cultural. Si su estructura fuera otra estaria siempre muchisimo mas arriba). La liga española es la menos interesante de las grandes en cuanto a competencia. Se resumen en Madrid y Barca, y cada dia se potencia mas con todas estas teorias conspiratorias de los mal llamados medios deportivos. Que no hacen otra cosa que sacar provecho de la dualidad que se ha creado. Que permite aglutinar a mas cantidad de clientes pontenciales.

    Fat el Atleti no ha tenido paciencia con un solo entrenador. Van ocho en ocho años. El problema no es el entrenador.



  • visteis ayer el jugón del arbitro en el Athletix-Xerez?



  • Desde luego que el interes de la liga española en la parte alta de la clasificación es minimo, de hecho los mejores debates de este año son Si valdes ira a la selección, si lo árbitros, y si poyas varias.
    La liga italiana es todavía menos interesante.
    Es increible como un solo gol basura (el de kaka), acaban de un plumazo sobre puvalgias, bajo rendimiento y leches, el fútbol es la más efímera de todas las religiones.



  • @fat:2v5wg26a:

    Como ya es habitual vengo a decir que Goyo Manzano es más grande que la vida misma, es el Jack Shepard de la liga, todavía no entiendo como el Atleti no tuvo paciencia con él.

    jejeje, que gran comparación, me curraría un gif si supiera.



  • La liga italiana es menos interesante porque viene de uno de sus mayores escandolos. Es como si lo del Villarato fuera verdad. Pues hasta que la liga se equilibrara pasaria un tiempo. En el ultimo articulo se aprecia.
    Dejo un articulo que es largo y denso, pero muy preciso respecto a la legislacion vigente. Ahora que los cules tienen que elegir presidente, puede que les interese algo mas.
    Y rescato otro de Enric Gonzalez sobre la supremacia del Inter y el cachodeo de Luther Blisset.

    FALTÓ LUTHER BLISSET por Enric González

    Tantos ojeadores, tantos fichajes, tanto dinero gastado, y al Inter se le escapó Luther Blisset. Fue una lástima. Massimo Moratti, el presidente del Inter, ha comprado a precio de oro los paquetes (bidoni, en italiano) más estrepitosos que han pasado por el calcio: Gresko, Vampeta, Brechet, Cayo, Choutos, West, Pancev, Dalmat, Kallon… No vamos a dar la lista completa porque no hace falta. Tampoco entraremos en el tema de la gerontofilia ni en los fichajes de ancianidad manifiesta, del tipo Figo o Vieira. Ni en los despidos improcedentes, como el de Roberto Carlos, vendido al Real Madrid por ser "inconcreto".

    El caso es que Luther Blisset, ínclito no-goleador milanista en los 80 (con una media de un gol cada 720 minutos), es ya un símbolo. Existe un Proyecto Luther Blisset; una novela, Q, firmada por el Colectivo Luther Blisset; varios grupos antisistema Luther Blisset. El lamentable delantero centro de origen jamaicano, primer jugador negro en marcar un hat trick con la selección inglesa (en un partido contra Luxemburgo), ha adquirido una dimensión casi planetaria. Y, ya retirado, no pierde el humor: asegura que en su discretísima carrera futbolística y en su esplendoroso fracaso en el Milan se limitó a seguir un guión, escrito, evidentemente, por el colectivo literario Luther Blisset. Es curioso que el Inter, especialista en bidoni, dejara perder la oportunidad de contar con Blisset. Aún más curioso, sin embargo, es que mantenga la capacidad de convertir en bidoni a futbolistas más que respetables. Mancini, por ejemplo. En el Roma fue un espléndido extremo y un goleador; en el Inter no ha sido nada. Adriano, que jugó de maravilla cuando concluyó su cesión al Parma, se ha convertido en un golfo. Ibrahimovic sigue siendo uno de los mejores delanteros del mundo, pero ahora que figura también entre los mejor pagados (casi 11 millones anuales) dice que el dinero no le importa, y que le gustaría irse a un club "ganador".

    Llegó a pensarse que la llegada de Mourinho acabaría con el desorden genético del Inter, o al menos lo moderaría. Pero la Bienamada, la única que se ha mantenido siempre en Primera, la que más seguidores tiene en Italia, sigue aferrada a sus tradiciones. Con Mourinho, cierto, ganará con casi total seguridad el scudetto. También lo ganó con Roberto Mancini. Lo del scudetto está bien como premio de consolación. Aunque un club tan grande y con un presidente tan rico (el petrolero Moratti ha gastado en una década casi 500 millones en fichajes) agradece los títulos ligueros, sólo sueña con la Liga de Campeones. Y ahí se suceden los bochornos.

    Esta temporada, al menos, el Inter ha caído con el campeón, el Manchester. Lo típico solía ser la eliminación frente al Valencia o el Villarreal, con agresión, tángana y vuelta al ruedo de Materazzi. Pese a esa leve mejoría, y a la satisfacción de los interistas ante las desgracias del Milan, el balance volverá a cerrarse con tristeza. Dicen que Mourinho pide otros seis fichajes, todos de la Premier, que vendrían a costar 60 millones. Es posible que Moratti pague, y muy posible que se vuelva a fracasar. ¿Estaría dispuesto Luther Blisset a fichar por el Inter, como presidente-entrenador?

    Juan Sánchez-Calero Guilarte
    Facultad de Derecho. Universidad Complutense de Madrid

    ¿De quién son las sociedades deportivas?

    La Liga ha recobrado en estos últimos fines de semana un especial interés. No se trata sólo de que, enlazando en la tradición del campeonato, el título vuelva a presentarse como una lucha entre el Barcelona y el Real Madrid. Ambas instituciones mantienen un estatuto singular –creo que acompañados por alguna otra entidad- pues su forma jurídica no se somete a la de sociedad anónima deportiva que, conforme a la legislación vigente, es la que adoptó la mayoría de los equipos que juegan en la competición profesional. Supongo que han sido repetidas las ocasiones en las que se ha planteado esa solución especial, las razones de su adopción y las que sostienen su vigencia. La oportunidad de recuperar esa reflexión la abona, en mi opinión, el hecho de que de forma paralela a su recuperación liguera, el Real Madrid afronta una situación de próximo cambio de control, desde la dimisión del anterior Presidente y hasta la celebración de unas elecciones que se han de celebrar al cierre de esta temporada deportiva. Esa interinidad llama la atención sobre cómo se alcanza y ejerce el poder y la propiedad en una institución como el Real Madrid (como sucederá cuando el Barcelona aborde el correspondiente proceso electoral). Más concretamente, sobre la relación entre riesgo y poder patrimoniales que se observa en esas entidades.

    El régimen legal de los equipos o clubes de fútbol se mueve en torno a dos tendencias. De un lado, la defensa de factores sociológicos o emocionales, que llevan a defender la especial naturaleza de estas instituciones (de las que se pretende que son “algo más” que un club) y, de otro, la conciencia de que se está en un punto de encuentro entre el mundo de las competiciones deportivas y el de los negocios, en el que prima esto último. Cuestiones como los derechos de explotación de la imagen, el patrocinio o el marketing encuentran en el fútbol profesional un desarrollo sin igual. Esta significación empresarial es la que llevó a las sociedades anónimas deportivas, que como regla general es seguida por la mayoría de clubes, de los que no es dudosa su condición empresarial. Son sociedades mercantiles sometidas a los deberes legales propios de todo empresario (inscripción registral, contabilidad, etc.) y que además quedan subordinadas en algunos aspectos a la supervisión administrativa.

    Es un hecho notorio que la titularidad de las grandes sociedades futbolísticas europeas corresponde a empresarios conocidos. La sociedad anónima futbolística se convierte en una sociedad más dentro de un grupo empresarial, que aún cuando registre cuantiosas pérdidas con frecuencia, conlleva a favor de su dueño otro tipo de rentabilidades, que deparan oportunidades de negocio sumamente ventajosas. La propiedad del capital de la sociedad anónima está en manos de unos pocos (que asumen el riesgo patrimonial derivado de su condición de accionistas), y resulta plenamente compatible con el continuado apoyo que el equipo recibe de todos sus seguidores (a quienes no afecta patrimonialmente cuál sea el resultado del ejercicio).

    He leído en estas últimas semanas en el diario ABC sendos artículos de María José González Demasiadas prórrogas y Gabriel Camuñas Hacia el fin de las sociedades anónimas que coinciden a la hora de cuestionar el modelo actual, aunque lo hagan, si he interpretado bien, desde ópticas diversas. No sigo con atención el debate sobre la legislación deportiva e ignoro si esas opiniones se enmarcan en lo que pudiera ser un debate prelegislativo. En cualquier caso, ambos artículos contienen distintos argumentos de interés. La primera autora, invoca un reciente Informe del Parlamento Europeo que apunta a la conveniencia de la participación en el capital social y en la gestión de los aficionados. Se reivindica la coincidencia en un mismo sujeto de una condición plural: “socio-aficionado-abonado-accionista minoritario”. Considera dicha autora que las sociedades anónimas deportivas no han sido una solución, entre otras razones, por cuanto no han sabido sanear económicamente el fútbol. Gabriel Camuñas parece compartir esa tesis sobre el fracaso de las sociedades anónimas deportivas, y defiende que los auténticos dueños de un club deben ser sus socios y abonados.

    Son dos opiniones que parten de algunos hechos que no admiten discusión pero que incorporan una conclusión que cabe discutir. Me refiero a la opinión que considera que los defectos que se observan hoy en día en la situación y en la gestión de muchos clubes de fútbol españoles, tiene su principal razón de ser en la titularidad del capital de aquéllas.

    El Diccionario de la Real Academia apunta en una de las acepciones de la palabra “club” el origen del problema y también su solución. Un club es una “Sociedad fundada por un grupo de personas con intereses comunes y dedicada a actividades de distinta especie, principalmente recreativas, deportivas o culturales”. Cualquier seguidor de un equipo de fútbol profesional comparte con los demás el interés por el éxito competitivo del “club de sus amores”. Pero eso es lo único que comparten. También comparten un hecho negativo: no les interesa la aportación de recursos al club, distintos de los que pagan para poder asistir al espectáculo deportivo.

    En una sociedad anónima deportiva serán muy pocos los seguidores del club dispuestos a invertir una parte sustancial de su patrimonio en el capital de éste y, desde luego, a convertirse en accionistas mayoritarios. Por eso dudo del acierto de la propuesta que se atribuye al Parlamento Europeo. Los seguidores de un club no quieren asumir un riesgo económico vinculado con el éxito o el fracaso de la gestión de la entidad. Su preocupación es estrictamente deportiva, o emotiva si se prefiere. Las cosas van bien o mal en función del resultado y de la clasificación. Me incluyo en ese grupo. Presto atención a cuestiones deportivas, en especial cuando quien las explica con su brillante y sentido del humor es el Prof. Otero Lastres, que a su condición de avanzado mercantilista añade una larga singladura por la gestión deportiva. Sobre el tema tengo pendiente la lectura de una reciente conferencia suya. A ella dedicaré una posterior entrada.

    Son muy pocos los seguidores o aficionados que tendrán un interés efectivo por pelear por el control de “su” club. El modelo vigente en los clubes que no son sociedades mercantiles sustituye la suscripción y desembolso de una participación significativa en el capital, por la prestación de un aval que garantice eventuales pérdidas o desfases patrimoniales. Es una solución que implica que el control de la entidad no conlleva la aportación de capital en sentido propio. El control de la entidad se alcanza, además de mediante el aval, por la inversión en una organización adecuada para concurrir con éxito a la campaña electoral correspondiente. Esto hace que no sean sólo los jugadores los únicos millonarios que participan en la vida del club, sino que necesariamente el acceso al poder empresarial en esos clubes quede reservado a seguidores o grupos de seguidores con una posición económica “desahogada”. No existe, en mi opinión, una proporción adecuada entre el relativo riesgo patrimonial que asume quien aspira a controlar esa entidad y las enormes ventajas directas e indirectas que el cargo conlleva una vez que se obtiene.

    El legislador debe reformar el actual sistema, generalizando la forma de sociedad anónima deportiva sin excepciones y obligando a quien aspire al control de la misma a realizar una inversión de capital. No creo que los problemas financieros o de resultados que presentan algunas sociedades anónimas españolas se deban tanto a un fallo propio del modelo, sino a cuestiones extradeportivas. Por ejemplo, las autoridades de cualquier nivel y signo político son extremadamente permisivas con los equipos profesionales. Probablemente lo son porque piensan en términos políticos, es decir, en la oportunidad de canalizar la simpatía a favor del Alcalde o Presidente de la Comunidad, por parte del amplio número de seguidores de esos equipos, al fin y al cabo, potenciales votantes. La consecución de un éxito deportivo se ve continuada por una auténtica peregrinación política. Esa simpatía interesada es la que hace que, por ejemplo, un acreedor tan poco proclive a la gracia como el Fisco, permita la acumulación de deudas tributarias muy considerables que al final, por ser inasumibles por las sociedades deudoras, las termine soportando el Tesoro Público. También la Seguridad Social dispensa en medida nada desdeñable del cumplimiento de las obligaciones legales a algunos equipos. Las políticas urbanísticas se acomodan no sólo a estrictas razones de ordenación, sino también a los beneficios económicos que el club puede recibir. Por último, las entidades de crédito, especialmente las que presentan una vinculación política singular (las cajas de ahorro) se muestran laxas a la hora de conceder financiación a esos equipos.

    Todo ello genera una sensación de impunidad en la mayoría de los gestores de esos clubes, que consideran que la eventual insolvencia de la entidad no es un problema empresarial, sino político y, además, de tal magnitud, que otros se verán forzados a arreglar el entuerto. Es lo que hace que la gestión de muchos equipos de fútbol (sean o no sociedades anónimas) sea un ejemplo de gestión manirrota y negligente. Vuelvo a Camuñas, que escribe abiertamente que resulta del dominio público, que los dirigentes se enriquecen con la percepción de comisiones de los jugadores que contratan o traspasan. Si es así, sin necesidad de reclamar la intervención de los poderes públicos, queremos preguntarnos ¿dónde están los dueños del club?

    Por esas razones, reitero que el legislador debe depurar el modelo y ofrecer claramente dos cauces separados para la participación en la vida de una sociedad anónima deportiva. La que deben de utilizar quienes quieran alcanzar el control de la entidad aportando cantidades relevantes a los recursos propios de ésta, convirtiéndose así en accionistas significativos o titulares del poder empresarial. Estos serán los dueños de la empresa, sean mayoritarios o minoritarios. Quienes, por su parte, acudan al campo a disfrutar o sufrir del espectáculo, serán dueños de sus emociones, comunes con las de quienes les acompañan, pero sin que podamos esperar de ellos que ejerciten control alguno de la gestión de la entidad. Lo que resulta no sólo ineficiente económicamente, sino cuestionable jurídicamente, es que la asunción de un remoto riesgo patrimonial en forma de garantía personal permita acceder a la gestión de grandes instituciones a quienes, alcanzado el poder, lo usan con criterios más propios de un “hincha”, que con los de quien se juega su propio patrimonio o el de quienes le han confiado la función de protegerlo.

    Madrid, 5 de marzo de 2009

    "Calcio" italiano, donde la pelota es lo de menos

    Con tres graves escándalos en un cuarto de siglo, el fútbol italiano no es seguramente el más limpio del mapa, aunque la cantidad de dinero circulante en una de las ligas más ricas del mundo hace que una cuota de corrupción sea probablemente endémica.

    El primer gran escádalo fue el "Calcioscommesse” (scommesse quiere decir apuestas), en alusión a que los futbolistas arreglaban los partidos después de haber apostado dinero clandestinamente. Era un calcio aún a medida humana, las ganancias de los clubes venían todas de las canchas llenas o de presidentes adinerados, y en aquella época no había ni jugadores extranjeros y ni siquiera rioplatenses naturalizados.

    Sin embargo, era una Italia en fase de modernización, donde la televisión estaba tomando una relevancia cada vez mayor. Y donde el fútbol se revelaría como el espectáculo televisivo por antonomasia. Así que para todos fue un shock ver en vivo por tevé (aún en blanco y negro), el 23 de marzo de 1980, aquellos autos de la policía conduciendo a la cárcel a algunas de las estrellas más populares. Entre ellas estaba Enrico Albertosi, el arquero del Mundial del 70, y Paolo Rossi, quien después de dos años de suspensión por corrupción fuera la estrella del Mundial de España. Decenas de jugadores pagaron caro, y dos clubes, el Lazio de Roma y el Milan (que todavía no pertenecía a Silvio Berlusconi), fueron condenados a bajar a la segunda división. A pesar de las graves condenas, pocos años después, en 1986, llegó el Calcioscommesse II y se entendió que el vicio de apostar y jugar a perder no se había perdido en el fútbol.

    CALCIOPOLI. Dos décadas después llegó el tercer gran escándalo, en un calcio completamente distinto, dominado por la tevé satelital y por una cantidad de plata que los futbolistas de los ochenta ni siquiera podían soñar. Hoy los clubes estrella pagan sueldos de más de 100 millones de euros por año a sus plantillas. Por ejemplo, cuando Álvaro Recoba falló un penal que excluía al Inter de Milán de la Liga de Campeones, su equipo vio quemarse unos 30 millones de euros de posibles ingresos. Este fúbtol es una industria gigantesca, donde las inversiones millonarias de clubes que cotizan en la bolsa no se pueden dejar libradas al azar de una pelota ni de las piernas en pantalones cortos de los jugadores. Y no es tan importante ganar, levantar copas, como seguir controlando una tajada importante del enorme bacalao llamado calcio. Y así también la corrupción tuvo que cambiar y hacerse científica.

    En vísperas de otro Mundial (el de 2006, que por casualidad también concluiría en un triunfo para Italia), explota el escándalo alrededor de Luciano Moggi, el todopoderoso director general del Juventus de Turín, el club más importante del país, en el cual nada se mueve sin ser rígidamente controlado. Hay un arreglo de cartel con el Milan (otra vez involucrado). Los dos equipos se reparten equitativamente las partes más grandes de la torta, empezando por la tevé, cuyas ganancias rondan los mil millones de euros. Los clubes menores se tienen que adecuar si quieren sobrevivir. Lo descubre la Fiorentina, de Florencia, que en la época de Batistuta había declarado la guerra a los poderosos del norte, y que cuando arriesgó con dar quiebra por segunda vez en cinco años decidió rendirse y aceptar las reglas (negras) del juego.

    Lo entienden los jugadores, que si quieren jugar en los mayores equipos y hasta ser seleccionados en la Nazionale y entrar en el giro gordo, deben aceptar ser representados por una única sociedad, la gea (suerte de Tenfield italiana), propiedad del hijo de Moggi, del hijo del seleccionador de Italia de entonces (Marcello Lippi), de la hija del dueño del Banco de Roma y otros jóvenes poderosísimos. No es corrupción, no tienen que venderse en la cancha, alcanza con venderse antes. Lo entienden los árbitros. La tevé impide despistes clamorosos, se juega más sutil. Por ejemplo, administrando las tarjetas amarillas domingo a domingo, para hacer que el club que debe viajar a Turín para jugar con la Juve, casualmente se encuentre con uno o dos de sus mejores jugadores imposibilitados de hacerlo por acumular demasiadas sanciones.

    En el calcio de Luciano Moggi (y sus cientos de cómplices) nada pasaba porque sí, pero si al final las cuentas salían a todos les tocaba un poco de bacalao. Todo era arreglado en decenas de miles de llamadas telefónicas, utilizando tarjetas de países extranjeros. Moggi las regalaba a los suyos, manager, jugadores, dirigentes, árbitros. Hablaba por teléfono un sinfín de horas por día y hasta decidía los árbitros de los amistosos, pero cuando descubrió que todo estaba grabado por la policía gritó “complot”. Su carrera terminó (al menos oficialmente), y hasta podría ir preso si prospera un juicio penal. La Juve fue descendida a la B por primera vez en su gloriosa historia y le quitaron dos scudetti. El Milan, la Fiorentina, el Lazio y varios equipos menores fueron sancionados.

    *Traducido Gorka Labarrebeiti



  • Tras leer ciertos mensajes en este hilo tras la jornada del finde, no he podido resistirme a pegar la siguiente columna de T. Guasch:

    @2dmxb75l:

    Como estaba previsto, el entorno barcelonista rugió tras el Barça-Getafe. TV3 marcó la línea después del partido y ayer las consignas fueron unánimes: el árbitro machacó al Barça. Las iras de comentaristas en periódicos, radios y teles fueron contra el villarato y Teixeira por expulsar a Piqué y Márquez. Como ambas decisiones del árbitro fueron acertadas e indiscutibles pasemos a lo mollar: se trata de una reacción lógica de quien no está acostumbrado a ver acabar a su equipo en inferioridad numérica (uno) y el barcelonismo está convencido de que los árbitros perjudican a su equipo (dos).

    Es algo secular, una percepción que se transmite generación tras generación. Se transmite y aumenta. Usted le pregunta a un culé por el arbitraje del famoso noruego en Londres y le contestará convencido: "No sólo no nos dio nada sino que nos perjudicó". Y en lo del sábado, para él lo de Piqué es un choque sin más y lo de Márquez, amarilla como mucho. Y lo dirá convencidísimo, sí. Es el victimismo eterno con un añadido nuevo: el villarato. El término que ha desquiciado al mundo culé como nada en los últimos años. El Barça juega pues contra el rival de turno y el diabólico villarato. Es divertidísimo.



  • @Ecléctico:3rh75gya:

    Es como si lo del Villarato fuera verdad.

    [modo T. Gusanach on]

    Es que es verdad

    [modo T. Gusanach off]

    El 2-6 también fue un Villarato de hecho. En tiempos del Caudillo eso no habría sucedido. O-5 sí



  • Villarato o lloronato?